La nueva realidad llena de dudas a los clubes por la limitación del aforo

Mientras, desde el Ciudad de Logroño, otro de los damnificados porque en todos los partidos supera el millar de espectadores, también apuestan por esperar: «Entrenaremos y jugaremos en las condiciones que nos marquen las autoridades, como siempre. En cuanto a los socios, nos estábamos planteando una liga sin gente y ahora podrán ir mil. En agosto, cuando empiece la campaña de abonados, veremos las normas y decidiremos», expresó su gerente, Jaime González.

También resulta importante la orden de cumplir con la distancia de 1,5 metros entre asistentes, algo que afecta a pabellones más pequeños, por ejemplo, el Adarraga. «La distancia mínima será complicado de cumplir en el frontón», explica José Ángel Balanza 'Gorostiza', intendente de Baiko. «En el País Vasco es diferente, se limita al 60% de aforo y un máximo de 600 personas, pero pueden estar juntas, siempre con mascarilla. En la pelota, la gente suele ir agrupada», reflexionaba.

Por su parte, en Haro, su pequeño y siempre concurrido pabellón de El Ferial también se vería afectado, aunque desde el club se muestran optimistas. Ismael Merino, presidente, está «contento». «Era pesimista porque pensaba que iba a ser menos. Empezamos en octubre y quizá la cosa pueda mejorar», analizaba.

Otros recintos pequeños y con afluencia también lo pueden sufrir, por ejemplo, el Mundial 82, donde juega la SDL. «No sabemos dónde disputaremos nuestros partidos, pero los asientos no están numerados y la distancia será un problema», aseguraba Eduardo Guerra, presidente de la entidad.

Desde el 18 de julio, en Las Gaunas está programada la fase de ascenso a Segunda B con cuatro equipos (SDL, Varea, Casalarreina y Arnedo). En principio, el aforo máximo sería de un millar de aficionados. Y a los clubes les parecen pocos por el potencial del Municipal. «Se podría buscar una solución para meter a más de 3.000 sin problemas, sectorizando, poniendo salidas y entradas distintas para las aficiones... 1.000 en Las Gaunas es poco, pero hay que esperar», concluía Guerra.