Fátima Gálvez, a la tercera va la vencida con la medalla olímpica

Pese a la ausencia de ingresos derivados del patrocinio, pues Fátima Gálvez sostiene su carrera a base de becas internacionales, las dificultades propias de un deporte que en España tiene menos apoyos respecto a países como Estados Unidos o Italia y la necesidad de recorrer kilómetros y kilómetros para encontrar un campo de tiro que se asemeje a los reglamentarios de la competición en foso olímpico, conoce muy bien lo que supone la presión de las finales, más aún en una disciplina de la precisión del tiro olímpico. La cordobesa llegará a Tokio con dos Juegos Olímpicos a las espaldas, después de rozar las medallas con un cuarto puesto en Río 2016 y un quinto en Londres 2012. A los dos diplomas olímpicos une además un oro mundial en categoría individual en Lonato del Garda (Italia) en 2015, una plata en Granada en 2014 y un bronce en Lonato en 2019, además de una plata por equipos en Changwon (Corea del Sur) en 2018 y un bronce en Granada en 2014.

La plaza olímpica en Tokio la tiene asegurada desde junio de 2019, con el oro en los Juegos Europeos de Minsk (Bielorrusia) en la categoría por equipos además del bronce individual, que unió al oro en solitario conquistado en la primera edición de este certamen en Bakú (Azerbaiyán) en 2015. En la capital bielorrusa la tiradora cordobesa se desquitó de los problemas que hasta ese momento venía arrastrando con la culata de su escopeta, pues estrenó arma de la mejor manera posible, garantizando su presencia en la capital nipona tanto en la prueba individual como en la categoría por equipos mixtos, en la que competirá junto al madrileño Alberto Fernández, todo un veterano que afronta su cuarta cita olímpica también con el sueño de una medalla.

A tenor del bronce que Fátima Gálvez conquistó el pasado fin de semana en la prueba de la Copa del Mundo disputada en Nicosia (Chipre), la andaluza está en el camino correcto hacia la medalla olímpica. Comenzó fallando con sus dos primeros platos en la final, pero se rehízo para ponerse en disposición de conquistar la plata, pese a que en última instancia se tuvo que conformar con el tercer cajón del podio. El éxito se une al oro en el Abierto de Catar y el bronce en el Gran Premio de Marruecos, dos competiciones también en el marco de la Copa del Mundo, y confirma el gran estado de forma de una deportista que es fiel ejemplo del sacrificio que requiere el tiro, una disciplina basada en la puntería y los reflejos pero en la que la alimentación y la condición física también juegan un papel crucial y pueden ser decisivas en la precisión de los disparos.