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Una plata que duele, dos bronces y lágrimas

Una plata que duele, dos bronces y lágrimas

La jornada que prometía hasta cuatro oros se torció desde bien pronto con la lesión de Carolina Marín

Robert Basic

Lunes, 5 de agosto 2024, 00:23

La jornada que invitaba a soñar con un baño de oro se torció pronto, con el grito de dolor de Carolina Marín. La rodilla de la onubense saltó por los aires cuando saboreaba una nueva final olímpica, merecida por el bádminton desplegado, esfumada en un ... mal giro de una articulación que ya le había traicionado en 2019. «¡Otra vez no!», bramó en la pista, bañada en lágrimas, perfecta conocedora de las señales que le mandaba su cuerpo. Eran malas, las peores, que le privaron de un premio ganado en la cancha. Luego tragó bilis Carlos Alcaraz, la gran esperanza española, quien prometió al pueblo el metal más noble de los Juegos y le entregó la plata. Le dolió tanto que se echó a llorar, al igual que su verdugo, Novak Djokovic, pero de alegría. Acababa de ascender al Olimpo con el único título que le faltaba. Tampoco pudo subirse al cajón Jon Rahm, quien partía como claro favorito al oro y terminó sin medalla. Una medalla que sí se llevaron Cristina Bucsa y Sara Sorribes en el doble femenino de tenis, un bronce como un sol, la misma aleación de cobre y estaño que se colgó el boxeador Enmanuel Reyes Pla cuando buscaba proclamarse campeón.

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