La fuerza de las paladas, premio de plata para una mujer ambiciosa y meticulosa

La de Lasarte-Oria es un ejemplo tanto dentro como fuera de la piragua. Ambiciosa, trabajadora y meticulosa como son solo las grandes campeonas, Chourraut ha sido también una referencia para aquellas deportistas que han querido poner momentáneamente su carrera en pausa para ser madres.

Ane es la fuerza, el motor, las paladas y la motivación por la que Maialen Chourraut, junto a su entrenador y pareja Xabi Etxaniz, haya llegado a Tokio con una sensación nunca antes tenida antes de unos Juegos Olímpicos. Acudían a la cita sin la obsesión de conseguir un buen resultado, tan solo con la ilusión de hacer un buen papel y brindar a su hija una sonrisa que no solo la dan las medallas. Sin embargo, el empeño de una leyenda ha llevado a que la plata sea el souvenir que Ane reciba cuando sus padres vuelvan de Japón el jueves.

La familia siempre tira hacia casa y esta preparación ha sido diferente a las anteriores. Después de quince años en La Seu d'Urgell ha regresado a casa en este ciclo olímpico para preparar los cuartos Juegos en San Sebastián. Ha combinado la bahía de La Concha, las instalaciones del Club Atlético San Sebastián y los canales de Orthez y Pau, los más cercano a la capital guipuzcoana, para entrenar.

Lo que ha perdido en comodidad por las facilidades que ofrece la localidad catalana lo ha ganado en cariño y acompañamiento de los suyos en una etapa que se presupone que es de las últimas de su gloriosa carrera. Sin embargo, ¿quién no dice que quiera agrandar su medallero teniendo a tres años vista los Juegos de París?