Existe una corriente errónea que defiende que el boxeo es un deporte en el que tan solo se dan golpes. Y por lo tanto, no está recomendado para los más pequeños. Pues bien, con los años esta disciplina ha ido rompiendo con todos esos estereotipos ... que le alejaban de la juventud demostrando sobre el cuadrilátero que el esfuerzo y el respeto son los pilares fundamentales en los que se asienta un deporte que va mucho más allá del contacto con el adversario.
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Que el boxeo está en auge en La Rioja es una realidad. Solo hace falta darse una vuelta por los gimnasios de la comunidad. Cada vez es más habitual ver a niños y niñas colocarse los guantes por primera vez, así como presenciar competiciones de púgiles dentro de los polideportivos riojanos. De hecho, en los tres últimos años se ha pasado de tener apenas diez licencias, todas ellas masculinas, a contabilizar más de doscientas durante el 2023.
«El crecimiento del boxeo en La Rioja ha sido exponencial», asegura el presidente de la Federación Riojana de Boxeo, Sergio Torroba. Y es que, tal y como él mismo explica, «hemos pasado de tener apenas una decena de licencias, que eran prácticamente de profesionales y 'amateurs' que competían, a expandirse a cientos de niños y, sobre todo, al sector femenino».
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Es justamente esta parte de la población la que más se ha animado a boxear durante los últimos años. Las mujeres (niñas, adolescentes y adultas) están ganando la partida al sector masculino en cuanto al crecimiento de la práctica deportiva llegando a representar el 25% de las licencias actuales. «Hemos pasado de tener una o dos niñas, a tener cientos; y lo mismo podemos decir en adolescentes o en mujeres adultas», añade el presidente de la federación.
Pero estas jóvenes no solo practican boxeo sino que además están ganando competiciones. La pionera en romper con este techo de cristal fue Aitana Ortigosa al ser la primera mujer en colgarse un oro para La Rioja en un Campeonato de España. La joven púgil, que ahora tiene 16 años, allanó el camino de otras muchas niñas que siguen sus pasos a día de hoy. Irati Bello, del Tito Box; Luana Aparicio, del Team Marín; y Andrea Martínez, del Barru Boxing Club son solo algunas de ellas. Entre las tres suman, al menos, tres Campeonatos de España de combate dentro de la categoría infantil de entre 11 y 12 años. A esta prometedora lista de ganadoras habría que añadir el oro de Héctor Ibáñez.
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Una de las últimas y más fructíferas competiciones fue la del pasado mes de julio en Madrid en la que La Rioja se convirtió en la sorpresa del Campeonato de España por Sedes Autonómicas al imponerse a comunidades de la talla de Madrid, Andalucía o Valencia en la categoría infantil y cadete femenino. En la misma, la delegación riojana obtuvo cuatro copas y 15 medallas (7 oros, 3 platas y 5 bronces). «Hace unos años no ganábamos nada, y ahora nos estamos convirtiendo en una de las comunidades de referencia dentro del boxeo en las categorías inferiores», relata con orgullo Sergio Torroba.
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Justo Rodríguez
A pesar de que los resultados estén llegando y que hablen por sí mismos del prometedor futuro de esta nueva generación de boxeadores riojanos, lo más importante de esta disciplina son los valores que transmite a los jóvenes, y no tan jóvenes, que lo practican. Compañerismo, respeto, educación o esfuerzo... son solo algunas de las enseñanzas de un deporte que «bien trabajado», puede aportar beneficios tanto físicos como mentales. «Es un deporte que puede compaginarse con otros, tal y como hacen muchos niños y niñas, además de que mejora el área cognitiva como la concentración y coordinación contribuyendo a sus respectivos estudios», explica el presidente de la federación riojana.
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El boxeo es algo que engancha. Muestra de ello son los cientos de niños y niñas que se han enamorado de un deporte desconocido que va mucho más allá de los golpes. «El boxeo me permite ser feliz y sentirme bien conmigo misma», comenta Irati a la vez que su compañera Luana explica que es un deporte en el que «desde el primer día me sentí genial practicándolo por lo que decidí continuar».
Su proyección es superlativa, al igual que lo son los sueños de los que lo practican. «Me gustaría ser campeona del mundo», asegura Andrea. Quién sabe si la meta de esta pequeña boxeadora se hará realidad algún día. De momento, el boxeo dentro de La Rioja sigue dando pasos firmes hacia una práctica generalizada rompiendo con todos esos miedos de los que alguna vez pensaron que este deporte era peligroso y reservado para los hombres.
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