La UD Logroñés no decepciona

Comenzó mejor el Calahorra, quizá porque repetía once, quizá porque estaba más metido en su papel. Dos incursiones, por ambas bandas, pusieron a prueba a los flancos logroñeses, nuevos con Beñat por la derecha y Codina por la izquierda. No eran las únicas novedades, pues Goti se arrancó desde el carril derecho, Marchena se asentó en el eje central y Yurrebaso, en punta de ataque. El Calahorra no logró asustar a su rival con esas dos primeras incursiones, todo lo contrario que la UD Logroñés. Advirtió Beñat por la derecha, pero fue Madrazo el que generó el saque de esquina que rompía la igualada. Yurrebaso remataba en boca de gol y adelantaba a los suyos, si bien apenas cinco minutos después La Planilla, el sector rojillo, pasaba del gozo al lamentó al ver marcar a Iker Hernández, pero en fuera de juego. La zaga de Diego Martínez no anduvo fina.

En sí, los logroñeses no estuvieron finos. El Calahorra les arrebató el balón y les hundió cerca de su portería. Rubio superaba en los duelos a Codina por su carril, pero no encontraba luego un compañero para el remate. Carencia fundamental. La UD Logroñés esperaba. Corría a la contra cuando podía, pero sin explotar las bandas, sobre la derecha, toda para Beñat ante el desplazamiento de Goti a tierras centrales. Y fue una vez más el lateral vasco el que lanzó a su equipo en la acción que acabó con el balón estrellándose en el poste derecho de Miguel Martínez tras el zurdazo de Urcelay desde fuera del área. Se acaba de superar la media hora de juego y la UD Logroñés podía haber dado un golpe letal a su adversario que no obstante no renunciaba a la posesión. Iker, sobre todo, u Oier buscaron el disparo lejano, apelando a otra variante, pero ambos se encontraron con los guantes de Kike Royo.

Regresó más despierto el once capitalino, pero pronto se estabilizó el equilibrio. Al Calahorra no le servía para nada la derrota momentánea y para la UD Logroñés era una renta engañosa. Entraron ambos en el intercambio de acercamientos, si bien estos morían en la frontal, con el disparo lejano. Era una alternativa ante la ausencia de una profundidad desbordante. Urcelay fue el primero en recordar a Miguel que el partido estaba vivo; le respondió Capilla con un balón que se envenenó al tocar en Monreal y que de haber cogido dirección hubiera acabado en las redes pues Royo estaba vencido hacia el lado contrario. Sin embargo, era la UDL la que expresaba mayor peligrosidad. Madrazo se topó con Miguel en el primer palo y el capitán evitó poco después el gol de Seguin, tras un tiquitaca al borde del área. El partido era animado, de ida y vuelta. Animación a la que se habían sumado ambos técnicos, que agotaban sus cambios con diferentes fines. Pouso pasaba a jugar con defensa casi de tres, mientras que Martínez apuntalaba medular y bandas para cerrar vías de transición. Jorge Domínguez mandó su testarazo a la grada. Más cerca estuvo Sarriegi, que enganchó una volea muy alta para firmar la segunda madera de la tarde, esta vez el palo izquierdo. Seguin aprovechó el rechace, pero a su disparo le sobraron algunos grados en el ángulo que buscó. Partido incierto en el marcador que entraba en su recta final y que así concluyó, si bien el triunfo de la UD Logroñés ya era inamovible.

«Creo que hemos estado francamente bien, ha sido un partido bueno por ambas partes, y se te queda un mal sabor de boca. Hubiese sido más justo un empate, pero no hay que poner excusas y felicitar al ganador», comentó Carlos Pouso.

Señaló que, desde su posición, le pareció penalti una jugada discutida y que incluso Madrazo le había dicho a su jugador que era. Y respecto al posterior gol de Iker, explicó que «fue increíble porque he tenido la oportunidad de verlo y, cuando chuta Rubio, hay dos jugadores por detrás de la pelota e Iker a unos tres metros en posición legal». «Lo que pasa es que los linieres tienen la manía de señalar cuando reciben la pelota. Si llega a haber VAR... es lo que nos queda», lamentó.

De la Unión Deportiva Logroñés destacó su experiencia, que es solvente y las tablas y plantilla que tiene. «Le hemos podido doblegar. Simplemente no hemos estado acertados, pero también nos podía haber metido algún gol más».

«Hemos tenido delante a un gran rival que se ha puesto por delante en una acción a balón parado en la que no hemos ajustado bien. A partir de ahí ha sido un quiero y no puedo. Tampoco me voy a flagelar por esto», indicó Pouso que ya piensa en el próximo partido contra el líder, el Athletic B, en Lezama.

«Sumamos tres puntos que nos sirven para seguir mirando hacia el segundo puesto». Lectura muy práctica de Diego Martínez tras ganar en Calahorra y después de recordar que hasta este domingo, la UD Logroñés no había conseguido superar al once rojillo en su feudo. Cuatro partidos de liga y uno de Copa. Éste era el sexto ya.

Al preparador blanquirrojo no le sorprendió la puesta en escena del cuadro local. «Sabíamos lo que iba a ser el partido», explicó desde su conocimiento del adversario. «He visto muchas veces al Calahorra en La Planilla a lo largo de esta temporada y los números no se correspondían con lo que ofrece. Perdió ante el Gernika y no le mereció, al igual que no lo mereció frente a la Real Sociedad», añadió.

Así, en ese escenario, la UD Logroñés apeló a la estrategia, que fue fundamental, sobre todo en los momentos menos buenos. «En la primera mitad han sido mejor que nosotros, pero hemos marcado en un córner que habíamos trabajado mucho y que nos ha salido a la perfección. En el segundo periodo hemos sido superiores y hemos gozado de situaciones claras para volver al marcar», concluyó.