Fútbol | Copa del Rey

Grandioso ejercicio de fe de la UD Logroñés

El lateral navarro marca y desata la euforia en Las Gaunas. La UD Logroñés pasaba a la tercera ronda de la Copa del Rey por méritos propios después de tutear a un Girona que fue de más a menos para acabar atrapado en la tela de araña que Sergio Rodríguez dispuso sobre el césped de Las Gaunas. ¿En serio esta UDL es la misma que la que hace dos semanas?

Desde los compases iniciales el Girona sometió al equipo riojano, que se preocupaba de detener las acometidas del bloque de Míchel más que de atacar. El peligro llegaba sobre todo por la banda derecha con Francés, que hizo que Arnau se tuviera que esforzar al máximo.

Por la derecha llegó un centro de Minsu que no llegó a rematar Blind y, más tarde, un pase de Francés que Stuani esperó sin suerte. Apenas se habían jugado diez minutos.

La primera incursión local la protagonizó Facchin por la banda izquierda, aunque su centro no encontró rematador y acabó en las manos de Pau López.

Avisó Stuani con un disparo al palo mientras la defensa local pedía el fuera de juego. Como suele ocurrir, el que tenía el brazo levantado (Pol Arnau), era el que rompía el fuera de juego. Algo más de veinte minutos de choque y el duelo era un monólogo del Girona.

Llegando a la media hora la UD Logroñés sorprendió al Girona con un robo de balón por la banda izquierda, gracias al tesón de Facchin, que se convirtió en la mejor ocasión local. Pau López pasó apuros para despejar el balón.

Eran los mejores minutos de los de Sergio Rodríguez, que a punto estuvieron de dar la campanada con un disparo raso cruzado de Mario Nájera que despejó el portero catalán a saque de esquina aunque el colegiado no lo vio.

Se llegó al descanso con la sensación de que la UDL estaba en su mejor momento y el Girona había bajado una marcha respecto al inicio del partido. Bocata y a esperar a la segunda mitad.

Regresó al juego la UD Logroñés mejor plantada que el Girona. Riki lo intentó de lejos y su disparo salió alto y minutos después fue Garrido el que finalizó una llegada de Curro.

El césped cada vez estaba más pesado y al equipo de Míchel le costaba ponerse el mono de trabajo. Los blanquirrojos están más acostumbrado y se notaba.

Había cambiado la inercia de la noche. La UDL tenía el balón y el Girona no era capaz de plasmar sobre el terreno su superioridad. Los dos equipos introdujeron tres cambio de golpe. Los locales, para afianzar el dominio. Los visitantes, para cambiar la decoración.

Facchin pecó de egoísta en un robo en el centro del campo que le permitió llegar a las inmediaciones del área con un compañero a cada lado y solo dos defensores. Eligió la peor opción. Disparo muy lejano.

Zarpazo del Girona que estuvo a punto de marcar gracias a un saque de esquina que peinó en el primer palo un jugador catalán y Abel Ruiz, en el segundo palo, no llegó a empujar el balón por muy poco. Restaba un cuarto de hora, y el Girona la tuvo en la última jugada del tiempo reglamentario pero no acertó.

La UD Logroñés forzó la prórroga en Las Gaunas y el sueño de la Copa iba cogiendo forma. Y no pudo empezar mejor porque Madrazo estrelló el balón contra el poste derecho de la portería de Pau López.

Y al poco roto fue Agüero el que probó suerte dentro del área. Cantaba Las Gaunas que creía en el milagro a base de «¡olé, olé!».

El susto de la noche llegó con el golpe que se llevó Kike Royo en la cabeza al chocar con Abel Ruiz. El riojano, que regresó este miércoles tras una lesión, abandonó el campo en camilla (más tarde se supo que estaba consciente) y la UDL, con los cambios agotados, situó a Arnau con los guantes para que ocupara la portería. ¿Alguien da más?

Pues había más. En la última jugada de la primera parte de la prórroga se marchaba solo Pau López y el árbitro señaló el final para enfado monumental de Las Gaunas, personalizado en Sergio Rodríguez que vio dos amarillas consecutivas y tuvo que abandonar el banquillo.

En la segunda parte el panorama para la UDL era dantesco: un hombres menos, sin entrenador, con un jugador de campo en la portería y todo el esfuerzo acumulado. ¿Quién dijo miedo?

Arnau demostró que lo lleva en los genes (su padre fue portero del Barcelona y del Málaga) y se tiró a los pies del delantero para atajar el pase de Misehouy.

Final del partido y la UDL que era capaz de ennoblecer la Copa del Rey llevando la cita a los penaltis. El resto ya lo conocen.