Habían pasado unos minutos de las siete y media de la mañana y parecía un sábado más en el entorno de Las Gaunas. Sin embargo, pronto se vería que algo especial pasaba. Las primeras camisetas blanquirrojas aparecían y sus dueños se mostraban deseosos de montarse ... en el autobús que les iba a llevar a Guijuelo donde su equipo, la Unión Deportiva Logroñés, tenía la primera parada en la lucha por el ascenso a Primera Federación.
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Poco a poco esas primeras camisetas se multiplicaban. Llegaba un grupo de tres aficionados en coche, otros aparecían por las puertas de los bares cercanos donde habían desayunado y otros se acercaban al punto de quedada andando. De repente ya estaban los 84 aficionados que se habían apuntado al viaje organizado por la Federación de Peñas. Solo faltaba el autobús.
Primero llegó uno al que los aficionados se acercaron con rapidez, pensando que era el suyo. Falsa alarma, iba a Vitoria. Después apareció otro más. Falsa alarma de nuevo, su destino era Zarauz. Y, como reza el refrán, a la tercera fue la vencida. Un autobús de dos plantas que, esta vez sí, tenía por destino Guijuelo.
Antes de subirse las personas, había que llenar de provisiones el maletero. Vino, tortilla de patata, embutido, pan... Todo lo necesario para almorzar del modo adecuado en la parada que el autobús iba a realizar a medio camino. Después llegó el momento de la tradicional foto de grupo y, por último, el peregrinar hacia el interior del vehículo de los seguidores blanquirrojos.
El autobús estaba cargado de personas, pero sobre todo de ilusión. SE notaba en la cara de los aficionados, que mostraban orgullosos sus bufandas y banderas con los colores de la UD Logroñés. Uno de ellos, David Pinillos, no quería hacer pronósticos de lo que podía pasar en el campo, pero sí se aventuraba a asegurar que todos iban a pasar un buen día de fútbol y convivencia en Guijuelo. El viaje hacia el ascenso había empezado.
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Unas dos horas después de iniciar el viaje, ha llegado el momento de parar. De tomarse un descanso y de reponer fuerzas. Y qué mejor manera de hacerlo que con productos riojanos. La parada se ha producido en Quintana del Puente, provincia de Palencia, y por las mesas del área de servicio se han visto desde jamón, salchichón, chorizo, tortillas, pimientos, lomo y cómo no vino de Rioja hasta fardelejos de postre. Un buen tentempié para continuar rumbo a Guijuelo.
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