Thibaut Courtois, entrenando este jueves en Valdebebas. Real Madrid
Jornada 34

La odisea de Thibaut Courtois toca a su fin

Nueve meses después de caer lesionado, el cancerbero belga del Real Madrid prepara su regreso el sábado frente al Cádiz, con una hipotética final de la Champions en el horizonte

Óscar Bellot

Madrid

Jueves, 2 de mayo 2024, 14:03

Nueve meses después de romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, la odisea de Thibaut Courtois toca a su fin. El cancerbero del Real Madrid prepara su regreso a los terrenos de juego este sábado frente al Cádiz. El mismo ... día en que los blancos pueden proclamarse campeones de Liga, el belga pondría fin a su calvario y comenzaría a rodarse con vista a citas mayores en las que su participación, pese al larguísimo periodo que ha estado de baja y al buen hacer de Andriy Lunin en su ausencia, no está ni mucho menos descartada.

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«Courtois está bien, creo que va a estar disponible la próxima semana para viajar con nosotros y puede jugar el partido contra el Cádiz», avanzó Carlo Ancelotti después de que el Real Madrid se impusiese el 26 de abril a la Real Sociedad en Anoeta. Dos días después, alistaba al gigante de Bree en la expedición que viajó a Múnich para medirse al Bayern e incluso se sentó en el banquillo. Una primera toma de contacto con el fútbol de alto nivel, antes de enfundarse los guantes para sentirse de nuevo protagonista del espectáculo.

La fecha que está marcada en rojo en el calendario es la de este sábado. Habrán transcurrido 268 días desde que se lesionase en un entrenamiento previo al estreno del Real Madrid en Liga frente al Athletic y 322 desde que disputó su último partido oficial, un encuentro correspondiente a la fase de clasificación para la Eurocopa en el que Bélgica empató a uno con Austria en Bruselas. Su bagaje en este periodo se circunscribe a dos duelos de la gira que realizó el Real Madrid el pasado verano como parte del Soccer Champions Tour: frente a Barça y Juventus.

Nadie podía sospechar entonces que un arquero que apenas se había perdido 18 partidos a lo largo de sus cinco primeras temporadas en el Real Madrid por motivos físicos y cuyo principal percance anterior era la rotura de menisco que le mantuvo 84 días en el dique seco en la campaña 2015-16, cuando defendía la portería del Chelsea, pasaría prácticamente en blanco un curso entero. Tampoco, huelga decirlo, que su equipo sería capaz de sobrevivir sin daños aparentes a su extensa convalecencia, hasta el punto de tener a tiro el doblete Liga-Champions.

Buena parte del mérito, obligado es señalarlo, corresponde a Lunin. La soberbia respuesta que ha ofrecido el ucraniano en una situación de enorme exigencia ha permitido que Courtois avanzase en su recuperación sin presión adicional, lo que no significa que el trayecto haya sido fácil, ni tampoco que el Real Madrid no le haya echado mucho de menos.

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Alargada sombra

Courtois fue operado por el doctor Manuel Leyes una semana después de romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Se preveían unos siete meses de baja y, mientras el Real Madrid reclutaba a Kepa con el objetivo de reducir daños, el belga se ponía manos a la obra sin marcarse plazos de vuelta.

Recién casado con la modelo israelí Mishel Gerzig, el guardameta optó por renunciar a la Eurocopa de Alemania a fin de recuperarse con más tranquilidad, una decisión que tenía como trasfondo su enfrentamiento con el seleccionador Domenico Tedesco. Sin prisa, pero sin pausa, fue cubriendo etapas dentro de un duro proceso que afrontó con optimismo y fortaleza, una vez superado el trauma inicial.

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Su familia fue el mejor refugio mientras recurría un arduo camino. «Ahora paso más horas en el entrenamiento, pero también tengo más flexibilidad para poder estar con mis hijos (tiene dos de una relación anterior y volvió a ser padre en abril junto a su actual pareja) y con Mishel. Lo bueno es que ellos la adoran, así que compartimos mucho tiempo juntos», destacó en una entrevista concedida a la revista Elle en la que confesó que la lesión le había hecho ver todo con otra perspectiva. «Adoro el fútbol y lo echo de menos, pero hay otras cosas que me encantan y que quiero hacer», enfatizaba un profesional que compaginaba el trabajo junto a los fisios con el desarrollo de varios negocios y el estudio de un máster en Gestión Deportiva.

Fueron corriendo los meses y las sensaciones eran tan positivas que Ancelotti sorprendió poniendo el 31 de marzo como fecha para su regreso a una convocatoria. El Athletic visitaba ese día el Santiago Bernabéu y Carletto pretendía tenerle al menos en el banquillo. Pero la semana anterior, los planes se torcieron. Courtois volvía a caer lesionado en un entrenamiento. Tenía roto el menisco interno de la rodilla derecha y debía pasar de nuevo por el quirófano. Parecía un adiós definitivo a la temporada.

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Por fortuna, aquel presagio no se cumplió y Courtois se apresta a volver a escena este sábado. Salvo contratiempo de última hora, la idea de Ancelotti pasa por rodarle en una cita de mero trámite dado que el Real Madrid, con once puntos de ventaja sobre el segundo clasificado cuando restan cinco jornadas, ya es virtual campeón de Liga y comprobar sus sensaciones con la Champions en el horizonte. Lunin estará bajo palos el miércoles en la vuelta de semifinales frente al Bayern, pero si el Real Madrid logra el pase, tendrá casi un mes por delante para ponerse a tono antes de la final de Wembley. Quizás entonces le toque a Carletto ser injusto con Lunin, pero ya recordó esta semana el italiano en la previa de la visita al Allianz que ese es, precisamente, su «papel» cuando estima que así hace lo mejor para el equipo.

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