Secciones
Servicios
Destacamos
p. ríos
Barcelona
Lunes, 26 de abril 2021, 18:19
Si el jueves gana al Granada en el Camp Nou (19:00 horas), una tarea que será complicada por la competitividad de un rival que le tiene ganas por el KO en cuartos de final de la Copa del Rey, el Barça liderará una ... Liga que ha perdido varias veces. El 21 de febrero, por ejemplo, tras el 1-1 ante el Cádiz en casa, la depresión azulgrana lo nubló todo, especialmente porque el equipo venía de mostrar sus carencias en la Liga de Campeones con aquel 1-4 encajado ante el PSG en la ida de octavos. Ronald Koeman logró levantar el ánimo en el peor momento y poco a poco el equipo comenzó a creer en sí mismo hasta que cayó en Valdebebas en el pulso directo ante el Real Madrid (2-1) del pasado 10 de abril. Otro drama que el Barça superó ganando la Copa (0-4 al Athletic) y rearmándose para un tramo final en el que no maravilla, pero en el que sí muestra chispa en ataque y concentración defensiva. Y puede que con eso le baste, aunque Granada, Valencia, Atlético, Levante, Celta y Eibar no regalarán nada.
La gran noticia en el Estadio de la Cerámica fue descubrir a un Antoine Griezmann responsabilizado por fin para ser el protagonista, sin complejo de inferioridad, contento y acertado. Suyos fueron los dos goles en la victoria ante el Villarreal (1-2), uno espectacular y otro de pillo. Ya fue el autor del gol que abrió la lata en la final de Copa y el doblete en tierras castellonenses hay que relacionarlo con el detalle que tuvo Messi con él en el último minuto del Barça-Getafe (5-2), cuando le cedió el lanzamiento de un penalti que transformó.
Todo fue importante en ese instante que pasó desapercibido. La generosidad del '10', que pensó más en reforzar la moral de su compañero que en incrementar su cuenta de goles en la lucha por el Pichichi; la química entre los dos, que se reconfirmó días después con la imagen del argentino subido a la espalda del francés en la celebración del 1-2 al Villarreal; y el acierto de Griezmann en ese penalti, necesario para la confianza de un jugador que había fallado sus últimos lanzamientos con la selección de Francia y con el Barça, hasta el punto de desaparecer para tirarlos en momentos en los que no estaba Leo en el campo.
Más información
Miguel olmeda
p. ríos
Tiene mérito la resurrección de Griezmann, que ha sido constante para no hundirse en un Barça en el que ha pasado malos momentos. Le costó la adaptación la pasada temporada en una delantera con Messi y Luis Suárez, pero cuando comenzaba a brillar llegó la destitución de Ernesto Valverde. Con Quique Setién no hubo sintonía hasta el punto de ser suplente en Liga ante el Atlético con el título en juego, saltando al campo en el tiempo añadido en una decisión que nunca se entendió. Y con Ronald Koeman ha vivido altibajos, con mensajes públicos del técnico criticando su falta de efectividad y algunas suplencias dolorosas, como la de los dos partidos ante el Madrid. Y esa decisión no es demasiado criticable porque su rendimiento no ha ido siempre de la mano de su gran profesionalidad y actitud. Once goles en Liga son pocos para su nivel. Pero el mejor Griezmann ha vuelto en el momento oportuno. Sólo falta que le respeten las tarjetas porque tiene cuatro amarillas, como Messi, De Jong y Mingueza, y si ve la quinta tendrá que cumplir un partido de sanción. Ahora es imprescindible.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.