El Atlético pierde su esencia rocosa

Coinciden crítica y afición en que esta versión del Atlético es más alegre, vistosa y entretenida que la de ese equipo rocoso, físico y competitivo que le caracterizaba en la era Simeone, pero la realidad es que los rojiblancos han perdido su esencia. Atacan mucho, pero encajan más que nunca y se vienen abajo físicamente en los tramos finales porque su plantilla es corta y está desequilibrada en el centro del campo y en ataque.

En cuanto Koke, De Paul, Llorente y hasta Morata precisaron ser cambiados por agotamiento, el Atlético dimitió. Mientras Ancelotti fue tirando de Kroos, Brahim, Camavinga, Joselu, Ceballos y al final Güler, Simeone tuvo que recurrir a Nahuel Molina, Correa, Witsel, Javi Galán, que terminó de mediocentro, y Azpilicueta. Al elenco le faltan sobre todo un recambio para Koke en el eje, y una alternativa a Morata, ya que Memphis juega un partido y se lesiona tres.

A los colchoneros no les consuela que ante el conjunto de Míchel se viera el mejor partido de la Liga ni tampoco caer ante el eterno rival en la prórroga, tras un choque histórico. «Otra vez encajamos muchos goles. Sabemos que es algo que tenemos que mejorar porque al Atlético siempre le representó tener una defensa muy fuerte y no hablo solo de los defensores sino de todos», enfatizó Antoine Grizmann tras la derrota ante el Madrid. Superó en tierras saudíes el registro goleador de Luis Aragonés con 174 dianas, pero el Principito estaba hundido.

En contraste con su ataque más goleador, con 62 dianas celebradas, nunca antes con Simeone el Atlético había sufrido semejante sangría, con un promedio de 1,29 goles en contra por partido. Oblak, que tampoco atraviesa un momento dulce aunque siga haciendo alguna parada milagrosa como la que le realizó a Rodrygo en la Supercopa, ha sido superado 15 veces en la reciente secuencia de cinco partidos, incluidos el 1-3 en Lugo y el apurado 1-0 frente al Sevilla.

Hay un dato demoledor. Los 35 tantos encajados en 27 partidos en este curso ya están por encima incluso de los sufridos durante una temporada entera con el técnico argentino: 31 en 57 choques del curso 15-16, el más sólido en defensa, con un 0,54 de media que le dio para alcanzar la final de la Liga de Campeones y competir por el torneo de la regularidad hasta la penúltima jornada. Frente a este déficit, su promedio ofensivo, con 2,29 tantos por partido, es inigualable en el Atlético del Cholo.

Simeone busca el rearme con ansiedad y dar con la tecla que corte la hemorragia, pese a jugar siempre con tres centrales. El jueves próximo le espera otro derbi, en este caso de octavos de Copa y en el Metropolitano, en Liga está a diez puntos de los líderes con toda la segunda vuelta por delante y en la Champions asoma un cruce de octavos contra el Inter, líder destacado en la Serie A.