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j. gómez peña
Viernes, 19 de agosto 2022, 00:13
A Primoz Roglic solo le interesa una carrera: «La siguiente». Así funciona la mente del esloveno. Ha ganado las tres últimas ediciones de la Vuelta y viene de retirarse otra vez en el Tour, donde no deja de recibir golpes y decepciones. Da igual. Todo ... eso es pasado. Roglic perdió el Tour de 2020 en la contrarreloj de la Planche des Belles Filles ante Pogacar cuando ya acariciaba la victoria. Días después ganó la Lieja-Bastogne-Lieja. El año pasado tropezó en la Grande Boucle. Retirada. Se levantó y se colgó el oro olímpico de contrarreloj en Tokio. Hoy inicia la Vuelta sin haber competido desde su abandono por caída en el pasado Tour. «Hay momentos de dolor en la espalda, pero estoy recuperado. Estoy aquí y estoy listo», zanja. Ya lo saben sus rivales. Roglic quiere ser el único corredor con cuatro victorias consecutivas en esta carrera que hoy abre un nuevo capítulo con una contrarreloj por equipos de 23 kilómetros en Utrecht (Países Bajos).
De las tres ediciones que ya ha ganado (2019, 2020 y 2021) no habla. Son historia. «Siempre se trata de la siguiente carrera», insiste. Tampoco se preocupa en exceso del récord. Solo Roberto Heras ha ganado en cuatro ocasiones la Vuelta, tres de ellas seguidas. Roglic ni siquiera se fija mucho en sus rivales. «No pienso en el resto, sino en mí mismo», asegura. Con razón. Si el esloveno alcanza su nivel, es el claro favorito. La caída en el Tour le dejó dos vértebras de la espalda tocadas. Estuvo días sin realizar ninguna actividad. Luego retornó en el rodillo. Hace tres semanas su participación en la Vuelta estaba en duda. Pero todos en el Jumbo confían en la mentalidad de Roglic. Una roca.
La lista de adversarios es larga, aunque, en realidad, es Richard Carapaz el que más despunta. Segundo en el pasado Giro, tiene a su disposición una gran versión del equipo Ineos, con jóvenes talentos como Carlos Rodríguez, Lucas Plapp, Pavel Vivakov y Ethan Hayter. Carapaz dejará la escuadra británica al final de esta campaña para alistarse en el Education First. Y eso nunca se sabe cómo influye. También el vencedor del Giro, el australiano Jai Hindley, tiene en el Bora un bloque sólido, con Higuita y Kelderman, aunque sin Buchmann, baja por enfermedad.
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Además de Roglic hay otros cuatro ganadores de la Vuelta: Nibali, Froome, Valverde y Simon Yates. Los dos primeros no cuentan. El murciano acude para recibir, con 42 años, el homenaje de la afición en su despedida y, también, para pelear por una etapa. «Sería la leche», dice. Y Yates, que se vino abajo en el Giro, ha mostrado un gran nivel en las carreras previas a la Vuelta.
Hay más. Remco Evenepoel, abrumador en la Clásica de San Sebastián, tiene en las grandes rondas su asignatura pendiente. «Ganar una o dos etapas sería un gran resultado», se esconde. Quiere más: saber su límite en una prueba de gran fondo. Superman López llega espoleado por su director en el Astana, Martinelli, que le ha recordado que ya no es un chaval y que los trenes pasan. Almeida, modelo de resistencia, aspira al podio. En la ronda española no hay grandes etapas de montaña y él se ajusta bien a la contrarreloj. En su equipo, el UAE, crece a saltos Juan Ayuso (19 años). Carlos Rodríguez (21) y él vienen ahora que Valverde se va.
Intercalados entre esas dos generaciones siguen en liza Enric Mas y Mikel Landa. El mallorquín afronta la Vuelta tras su peor Tour y su peor crisis de confianza. «Aún me queda bastante para ser el mismo Enric que antes», confiesa. Ha superado la covid que le retiró del Tour, pero no sabe si ha desaparecido el miedo a los descensos. «La Vuelta es el mejor lugar para empezar a ser el Enric de antes», confía con la vista puesta en las dos ediciones en las que terminó segundo (2018 y 2021).
En la lista también figuran Carthy, O'Connor y el tercer clasificado en el último Giro, Mikel Landa. Siempre candidato al podio, en esta ocasión y por culpa de la inactividad obligada por una lesión muscular, el alavés se tacha, al menos en principio: «No voy a pelear la general». Como Evenepoel y la mayoría, su meta es «ganar alguna etapa» en la Vuelta a la que Roglic quiere poner su nombre por cuarta vez consecutiva, algo que nadie ha logrado.
Con ese botín, lograr una etapa, sueñan equipos como el Euskaltel-Euskadi, el Burgos y el debutante, el Kern-Pharma, Todos abren el telón hoy en Utrecht.
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