Tito Cabrera y el Clavijo separan sus caminos

Cabrera fichó por el conjunto logroñés en verano como uno de los mejores bases de la LEB Plata después de unas brillantes temporadas en el Zornotza, donde había destacado por su buena dirección y su capacidad anotadora. El talento ofensivo del tinerfeño era una de las armas con las que la dirección deportiva de la entidad capitalina contaba en la nueva etapa del equipo blanquiazul en la segunda categoría del baloncesto español.

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En principio, el jugador llegaba con la vitola de base titular y así empezó la campaña. Sin embargo, su adaptación no fue la deseada y sus números y sus actuaciones como director del juego del Rioverde no se acercaron a las expectativas generadas. Los otros dos bases del equipo, Alberto Moreno y Miguel de Pablo, fueron ganando los minutos que fue perdiendo su compañero y sus apariciones en los últimos partidos fueron residuales. De hecho, en la última jornada no tuvo ni un minuto en la derrota del Clavijo ante el San Pablo Burgos en el Palacio de los Deportes, dejando claro que Jenaro Díaz no contaba ya con él. El entrenador asturiano ya había destacado en una rueda de prensa anterior la calidad de Cabrera pero también lamentó que el trabajo físico del base no se correspondía con la exigencia de la LEB Oro pese a que en LEB Plata le servía para destacar.

El canario, que debutó en ACB con 16 años de la mano del entonces Iberostar Tenerife, se marcha dejando unos discretísimos números en los 17 partidos en los que ha participado con el Rioverde Clavijo. Pese a los pocos momentos de los que dispuso en las últimas jornadas, se va con una media de 18 minutos y 52 segundos por encuentro. En ellos, ha sumado 3,1 puntos (con unos malos porcentajes del 38,7% en tiros de dos, 13,8% desde el triple y 72,7% en los tiros libres), 2,3 asistencias, 0,9 balones robados, 1,8 balones perdidos, y 4,5 créditos de valoración.