Naufragio del Clavijo en Morón

Pero ayer a los riojanos les faltaba chispa, acierto (su porcentaje de triples resultó patético) e intensidad, que sí puso sobre la pista el Aceitunas Fragata Morón. Los sevillanos ayer dieron un paso clave hacia la permanencia, mientras que a los riojanos les quedará sufrir en las cinco jornadas que restan. Mucho para corregir, en defensa y ataque, antes de recibir al Menorca la próxima semana para intentar ir sellando la permanencia de una temporada que se sigue haciendo muy larga.

Desde el principio se vio la nulidad ofensiva de ambos rivales. Ni los locales ni los riojanos veían el aro con facilidad, aunque el Morón logró abrir la primera brecha. Con el 6-6 se apagaron las luces de los de Jenaro Díaz, que comenzaron a perder balones, elegir malos tiros y se mostraron incapaces de encontrar huecos en la zona rival. Sólo dos tiros libres en los últimos cuatro minutos del primer parcial y en los dos primeros del segundo fueron el bagaje ofensivo de los riojanos. Con el 19-8 apareció López desde la línea de tres para sacar al equipo del marasmo. Repitió Lafuente para el 20-16 pero una antideportiva volvió a dar ventaja al Aceitunas Fragata, que se acomodó en la renta de siete puntos.

Los andaluces no brillaban pero con Vázquez, Marco y Wright lograban llegar al descanso mandando por 29-22. El Rioja Vega necesitaba dar un paso adelante o lo lamentaría. Peor en ataque, no se podía jugar... O eso parecía.

Porque el tercer cuarto fue una copia de los anteriores. Diez puntos sumaron los riojanos. En el último, la aportación creció a 17 gracias a los triples de Louissaint. Pero poco más.

Fue en el tercer cuarto cuando se rompió el choque. Cuando parecía que el Clavijo se podía colgar del partido (29-26, m. 22), los locales sentenciar con un parcial de 7-0 que se fue ampliando hasta llegar a los 14 puntos al final del tercer cuarto, gracias a Cameron y el ex del Clavijo, Malick Fall.

La máxima diferencia del partido fue el 48-32 con el que comenzaron los diez últimos minutos. Lo único a lo que se podía aspirar era a maquillar el tanteador. Se logró, pero ese rímel no embellece la mala imagen dada por el Clavijo en Morón.