«Estaba casi desconectado del atletismo profesional, buscaba ya salidas laborales»

El fallo del TAD permite al internacional español volver a la competición y su expediente, de momento, ha quedado anulado. Solo un nuevo giro en el caso –que solo podría darse si llegaran a entrar organismos internacionales– podría devolver la situación al punto de partida o incluso alcanzar una nueva dimensión. En cualquier caso, Camilo Santiago, que nunca ha dejado de entrenar, ha vuelto a trabajar –incluso con sesiones dobles– pensando ya en su retorno a la competición, que previsiblemente se producirá el próximo 11 de septiembre en Oruña de Piélagos en el Campeonato de España de media maratón.

– ¿Cómo se encuentra tras el fallo del TAD?

– Bueno, en estos momentos tengo sentimientos contradictorios. Aunque he seguido corriendo con el grupo que tengo en Zaragoza (entrena con el grupo de Pepe Mareca en el que también forman Toni Abadía, Chiki Pérez, Carlos Mayo o Jesús Olmos), estaba desconectado del atletismo profesional y estaba buscando alternativas a mi vida laboral. Ahora esto me lleva a plantearme otra vez todo, para volver en condiciones, buscar ayudas económicas y seguir siendo un atleta profesional. Tengo una familia y me debo a ellos. Ahora más que nunca, ellos son mi prioridad y voy a trabajar para sacarlos adelante.

– ¿Lo ha pasado muy mal durante estos meses?

– Sí, especialmente al principio. Lo he pasado muy mal por mi familia y por mí mismo. Mi mujer tiene redes sociales y veía lo que la gente, sin conocerme de nada, sin conocer mi realidad y sin saber la verdad de lo que pasó, decía de mí. Eran barbaridades. Y yo personalmente también lo he pasado muy mal. Aún sabiendo de mi inocencia, me daba vergüenza llevar a mis hijos al colegio por lo que otros padres pudieran pensar de mí…

– ¿Puede volver a alcanzar el nivel en el que estaba cuando comenzó su pesadilla?

– Yo creo que sí. De hecho, ahora estoy mejor de lo que estaba en agosto del año pasado. Salíamos de un confinamiento en el que poco o nada había podido entrenar. Este año no he parado y creo que puedo volver a estar físicamente igual de bien que cuando surgió el problema en Dresde, que era cuando mejor estaba. Lo que más me va a costar es el tema emocional. Eso sí que afecta.

– Me consta que usted ha pasado muy malos momentos en estos últimos meses. ¿Le han servido para aprender algo?

– Sí, sí, desde luego. El deportista de élite es egoísta por naturaleza porque para llegar a su máximo rendimiento tiene que priorizar cosas como el entrenamiento y muchas veces olvidarse del resto. Yo antes ya era consciente de ello. De hecho, he llorado pensando que le estaba quitando tiempo a mi familia para dármelo a mí mismo. Ahora ellos son los que me han ayudado a pasar el bache. Y ahora me doy cuenta que les tengo que poner a ellos por encima de todo. Si vuelvo a estar bien mentalmente y a entrenar al máximo nivel, buscaré el equilibrio. He visto que el atletismo no es todo en la vida.

– Parece que el maratón de Dresde va a marcar un punto de inflexión en su vida.

– Al final, a lo largo de una vida todo el mundo pasa por baches de todo tipo. A mí me ha tocado ahora pasar este y he aprendido. De estas situaciones se sacan lecciones que te ayudan a ser mejor persona. También aprendes a ver que hay mucho entorno que está, pero que no existe. Un día un buen amigo me dijo: «Cualquier cosa que venga de fuera de tu mundo no te tiene que afectar», yo ahora he aprendido a cerrar mi mundo y, por ejemplo, por eso prácticamente he desaparecido de las redes sociales.

– Usted ha hablado de que dentro de poco va a volver a competir. ¿Cómo cree que le va a recibir el mundo del atletismo?

– Yo creo que generalmente me van a acoger bien, porque los mensajes que llegan a mi teléfono son de apoyo y ahora, alegrándose de la anulación de la sanción. Obviamente, también va a haber gente que discrepe y le parezca mal mi vuelta, pero también el otro día en el campo del PSG silbaron a Mbappé y no se ha ido, sigue en el club…

– Desde luego, en las redes sociales, cuando se han dado casos de dopaje en el atletismo hay una ola generalizada de recriminaciones por parte de los atletas profesionales. En su caso, han sido muy pocos los deportistas que se han pronunciado en su contra.

– Es que me conocen, y entienden lo que ha pasado. Saben que cometí el error de correr con el dorsal de Zarco porque, en algunos casos, yo mismo se lo expliqué. Es algo por lo que pedí perdón, pero no lo hice con la intención que algunos han querido ver. De hecho, muchos me han dicho que es una práctica generalizada en muchas carreras, pero claro, no a nivel profesional. Yo no fui consciente de la transcendencia que esto tenía en mi caso. La mayoría de mis rivales me han mandado mensajes de apoyo y dándome ánimos para seguir. Y cuando se ha sabido la anulación de la sanción, me han mostrado su alegría. Además, es que creo que lo mío no tiene nada que ver con un atleta dopado, aunque la sanción fuera la misma. Nadie puede poner en duda las marcas que he realizado.

– Sin embargo, es curioso que los más críticos son aquellos que se han enfrentado con usted en muchas ocasiones y nunca le han ganado, o aquellos que se hacían fotos junto a usted antes de las carreras. Ahora esos casi piden la horca.

– Hay críticas que vienen del respeto y aunque no las comparta porque no se ajustan a lo que pasó, las tengo que asumir. Pero hay otras que vienen desde la envidia o el rencor que solo buscan el desprestigio. Hay gente que si me ha tenido que decir algo, me lo ha dicho en privado y a la cara, pero hay quien solo busca notoriedad.

– Durante el tiempo que ha estado vigente la sanción, ¿cómo ha conseguido mantenerse activo?

– La ilusión me la devolvía la bici. Durante este tiempo he hecho muchos kilómetros. He establecido nuevas relaciones con otros deportistas que me han conocido simplemente como persona. He encontrado otras motivaciones, sin dejar de correr, en otras especialidades. Como nunca había hecho bici, me ha sido muy fácil mejorar y eso me ha mantenido motivado.

– Aún le vamos a ver cambiar de deporte.

– Pues me gustaría mucho hacer un triatlón, pero a modo de diversión.

– ¿Pero sabe nadar?A nivel competitivo me refiero...

– No, pero hace diez años tampoco sabía correr. Es más, era bastante vago... parecía que no iba a ganar ni para un bocadillo y no lo he hecho mal. Todo es ponerse. De hecho, en este tiempo, como soy una persona inquieta y he estado haciendo mucha bicicleta además de correr, he conocido a gente de triatlón del Helios y eso me ha llevado a fichar por ellos y voy a competir con ellos, de momento, en algún duatlón.

– Vamos, que va a seguir haciendo deporte sí o sí.

– Yo creo que el deporte me va a acompañar toda mi vida o, al menos, mientras el cuerpo aguante. Ya desde crío recuerdo el Mundial de Fútbol de Italia con Camerún como revelación... primero fue el fútbol, después el atletismo, y ya veremos si hay más... Creo que es algo que va dentro de cada persona y yo creo que, lo que haré, será adaptar mi edad al deporte.

– Evidentemente, el deporte le gusta.

– Sí, claro, pero el deporte profesional es muy duro. No es oro todo lo que reluce. Mis últimos tiempos han sido muy tristes. Es frustrante ver que el sacrificio de tu familia no se ve compensado. Llega una pandemia, sales de un confinamiento y haces la mejor marca de tu vida y te encuentras con que no tienes equipo, no hay patrocinadores... El deporte profesional es muy exigente. Hay que estar muchos, muchos días a la sombra para brillar un día.