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El matrimonio. María de la O Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra ojeando un libreto en una fotografía de principios del siglo XX. Se casaron en 1900, ella con 26 años y él con 20, y se separaron en 1921. L.R.
La historia que Lejárraga no se atrevió a escribir

La historia que Lejárraga no se atrevió a escribir

'Luz ajena' ·

Isabel Lizarraga ahonda en «el enigma de María Lejárraga» y reivindica «algo más que el símbolo» en una novela sobre la escritora riojana, que durante años firmó con el nombre de su marido

J. SAINZ

Lunes, 3 de agosto 2020, 13:55

María Lejárraga sigue siendo uno de los mayores misterios de la literatura española. Seguramente solo ella misma conocía todas las razones por las que durante años permaneció en el anonimato firmando sus obras, de gran éxito en su época, con el nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra. Pero si hoy día hay alguien que puede acercarse a comprenderla mejor que nadie es Isabel Lizarraga, filóloga y escritora que la ha estudiado durante años. Ahora abunda en ella, pero esta vez a través de una novela, 'Luz ajena' (Renacimiento), «para acercarla a un público más amplio» y reivindicarla «en toda su complejidad» como «algo más que un símbolo».

«Esta novela es fruto de una convivencia de muchos años con María», afirma Lizarraga. «De repente parece que María Lejárraga está de moda –comenta en referencia a la proliferación de artículos, publicaciones y montajes de sus obras teatrales–, pero en La Rioja llevamos 25 años con ella». La propia Isabel Lizarraga y Juan Aguilera, su marido, han publicado diversos ensayos y reeditado sus obras desde unas primeras jornadas celebradas en 1994 en el Ateneo Riojano. Quizás ambos sean las mayores autoridades en una autora que hasta entonces solo parecían conocer hispanistas como Antonina Rodrigo, Alda Blanco o Paloma O'Connor.

Durante años, María de la O Lejárraga (San Millán de la Cogolla, 1874-Buenos Aires, 1974) figuró únicamente como colaboradora de su esposo y socio, Gregorio Martínez Sierra (Madrid, 1881-1947), para mantener las formas ante una sociedad que no veía con buenos ojos a 'las literatas'.

En la novela, Lizarraga recrea la investigación de una joven licenciada en Filología que siente el impulso de seguir las huellas de aquella figura singular del Modernismo español: «¿Quién era en realidad esa mujer, maestra, novelista, dramaturga, feminista, diputada socialista, exiliada... que había sepultado su nombre bajo la firma de Martínez Sierra?»

De hecho el libro resulta «un viaje literario» desde las primeras obras de Lejárraga hasta sus últimos años en Argentina. «A través de una visión compleja y caleidoscópica, matizada por múltiples puntos de vista narrativos, lleva al lector a descifrar su verdad y da cuerpo a la novela de una vida formidable que su protagonista nunca se atrevió a escribir».

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