«Solo podemos esperar y rezar»

El diario ABC ha informado del supuesto hallazgo del teléfono móvil del desaparecido en un canal de riego de Entrena, una información que la Guardia Civil, consultada por Diario La Rioja, no ha querido entrar a valorar, sin confirmar ni desmentir el hecho. Es más, la pareja de Javier Ovejas desconocía ese hecho.

Pilar, pareja del desaparecido, prefiere no hacer declaraciones respetando el secreto de sumario, aunque admite que la situación es «insoportable» por «la angustia de no poder hacer nada por Javier». «Solo podemos esperar y rezar para que el detenido hable de una vez», añade, no sin agradecer públicamente la atención diaria que recibe de SOS Rioja. Ella ya intuyó que algo podía suceder cuando media hora después de despedirse de Javier este tenía el teléfono móvil apagado o fuera de cobertura, y más cuando encontró el vehículo que conducía estacionado en el número 32 de la avenida de Santa Ana con su perro dentro y la puerta y la ventanilla del piloto abiertas.

El 6 de agosto, una semana después de la desaparición del joven, fue detenido un vecino de Entrena que residía, precisamente, en el número 32 de Santa Ana. El detenido cuenta con un amplio historial delictivo, antecedentes penales y numerosos expedientes sancionadores de la Delegación del Gobierno y las consejerías de Salud y de Agricultura y Ganadería del Gobierno de La Rioja. Además, fue el condenado por el 'Guantánamo canino', un caso de maltrato animal.

Al parecer, según trascendió, Javier Ovejas pudo haber acudido a la vivienda del detenido a resolver algún tipo de deuda relacionada con una colección de monedas. Allí estacionó su vehículo y se le pierde la pista, pero algo debió encontrar la Guardia Civil dentro de la vivienda del detenido porque, primero, fue arrestado por agentes armados y, tras cinco días en el calabozo, el Juzgado de Instrucción 3 de Logroño le mandó a prisión de manera provisional pero sin fianza, donde podría permanecer hasta dos años a la espera de juicio.

El domingo 8 de agosto se organizó una batida popular por el entorno entre Entrena, Medrano y Sojuela en la que participaron medio centenar de personas, la mayoría familia y amigos de La Rioja Baja, aunque también con entreneros como la alcaldesa y algún concejal. Lo cierto es que, salvo cierta curiosidad que suscitó el intenso registro del domicilio del detenido por las unidades Criminológica y Cinológica de la Guardia Civil del 6 al 10 de agosto, y la implicación en la batida, la población de Entrena poco o nada más se ha pronunciado sobre lo sucedido.

Un vecino del detenido, al ser preguntado sobre lo ocurrido, contesta con amabilidad pero sin interés en hablar: «Buenos días. Haced lo que queráis pero conmigo no contéis». A una pareja de jóvenes que pasea con cierta calma por la avenida de Santa Ana, al pasar por la puerta de la casa del detenido y ser igualmente cuestionados por el caso, de pronto le surge súbitos y urgentes quehaceres: «Lo sentimos, tenemos prisa». Una mujer, en cambio, contesta afablemente que «la Guardia Civil está todos los días por aquí, se ve que siguen buscando al chico, pero es que en esta calle ya casi no vive nadie».

Dolores Aragón, alcaldesa de Entrena, expone no tener nada que aportar a lo ya publicado pero reconoce que el pueblo permanece «un poco a la expectativa». La Guardia Civil ha buscado al desaparecido por el Moncalvillo, los ríos Ebro e Iregua y, recientemente, ha centrado la investigación con los GEAS en pozos, acequias y charcas de Entrena. Parece que los interrogatorios al detenido no resultan todo lo fructíferos que se desearía.