Nájera

Roban tomas de tierra de la subestación eléctrica y tres pisos en un mismo bloque

En esta ocasión, las sustracciones han sido de índole más profesional, con métodos rigurosos y sofisticados, en contraposición a los cometidos en el casco antiguo. El primero de ellos tuvo lugar en la madrugada del lunes al martes, en la subestación eléctrica que se encuentra en la entrada a la localidad a través de la carretera de Uruñuela. Allí, los ladrones accedieron al recinto cortando la valla trasera y se llevaron en torno a seis tomas de tierra, que son unos elementos fabricados en cobre y otros metales, útiles como medida de seguridad para evitar riesgos eléctricos en este tipo de instalaciones.

«Arreglar este desaguisado supondrá varias semanas de trabajo, por la escasez de piezas, y unos 15.000 euros de coste», comenta uno de los trabajadores de mantenimiento de Iberdrola. «No es la primera vez que esto pasa, este año llevaremos diez robos similares en La Rioja y el doble en Navarra, de ahí la escasez de repuestos a la que me refería antes», añade este empleado, que prefiere no identificarse. Desde la compañía, aseguran que un delito de estas características «solo puede ser cometido por profesionales, pues es realmente peligroso». A pesar de los daños, confirman que «el suministro en Nájera está garantizado gracias a la instalación provisional de varias conexiones de tierra portátiles».

Desde que se produjo este robo, a comienzos de semana, un Volkswagen Passat se encuentra abandonado a las puertas del recinto, con destornilladores y linternas en su interior, y los asientos traseros retirados. Al parecer, según ha podido saber este periódico, la principal hipótesis contemplada es que los ladrones iban a huir en ese vehículo, pero se averió en ese preciso momento. De momento, la Guardia Civil confirma que «se está investigando el asunto».

A la mañana siguiente del robo en la subestación, un vecino se encontró un difícil panorama en su casa a la vuelta de las vacaciones. Manolo Pérez, propietario en el portal ocho de la calle Reino de Nájera, llegaba con su familia después de pasar unos días en el pueblo de Zamora, cuando descubrió que alguien les había entrado en casa. Una situación que, según confirman los vecinos, se ha repetido en al menos otras dos viviendas de la misma comunidad.

«El lunes por la tarde entramos al piso y nos encontramos con papeles revueltos y la desaparición de una importante suma de dinero en efectivo», relata Pérez. «Lo más sorprendente de todo es que no había daños en las ventanas, ni ningún indicio, y la puerta estaba cerrada con doble vuelta, como la dejamos; el mismo modus operandi que en el resto de robos en el bloque», afirma. Lo más plausible, creen él y los demás vecinos afectados, es que los ladrones poseyeran algún tipo de llave maestra, ya que las tres puertas tenían cerraduras de la misma marca (Ezcurra) y existen antecedentes al respecto.

«Ese hecho, sumado a que todos los perjudicados nos encontrábamos de vacaciones y que tenían el objetivo claro del dinero –sin reparar en otros objetos de valor– nos da la idea de que estas personas eran profesionales del guante blanco», sentencia Pérez. Él y el resto de víctimas ya han interpuesto denuncia, aunque visto lo visto albergan vanas esperanzas de que se haga justicia.