Ayer, segunda jornada de las fiestas en honor a Santa María Magdalena, patrona de Anguiano, la localidad se volvió a llenar de visitantes para seguir de cerca el ritual de la danza más singular y celebre de la comunidad autónoma, la de los zancos.
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La jornada se abrió con un pasacalles de los danzadores con los gaiteros, seguida de la procesión y la misa en la iglesia de San Andrés, con el coro local.
Terminada la eucaristía, en el exterior del templo se comenzaba a concentrar la gente para asistir al momento previo a la danza. Los ocho danzadores se fueron vistiendo y se colocaron los zancos.
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Más tarde, y ya con la música sonando, se fueron lanzando escaleras abajo y poco después bajaron, una y otra vez, por la cuesta, ante fuertes ovaciones de los muchísimos espectadores, entre los que se detectaban numerosos gestos de emoción.
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