«Llevamos una mochila llena de desprecios e insultos. Llegamos machacados a fin de curso»

«Se ha 'lanzado' (verbalmente) a por ellas. Se ha 'lanzado' a por nosotros. Intentaba quitar la autoridad a la jefa de Estudios, diciéndole que se pusiese ella a dar la clase o que no le tenía que mandar cómo tenía que hacer las cosas», cuenta desde el anonimato uno de los estudiantes que acude al aula de este docente. Según su testimonio, es algo que también hizo con la codocente contratada por Educación, quien a los tres días de compartir aula, se cogió la baja médica. A ella «se dirigió agresivamente y le gritó», remarca.

«Llevamos mucha tralla encima y una mochila llena de insultos, desprecios... Son tantas las cosas que nos está haciendo, que hemos llegado a final de curso machacados», dice este alumno. Esta vez, tal y como cuenta, parte de los comentarios desafortunados vinieron con la entrega de las calificaciones de un examen, que «ha aprobado menos de un 20% de la clase».

«Es que es todo como si fuese una competición. Ha proyectado los resultados del examen y a un alumno le ha dicho que le había ganado otro. Le dicen que esto no es un concurso, que es un examen, y el dice que se lo tome como quiera, pero que le siguen ganando igual», relata este estudiante, que afirma que «muchos alumnos han salido llorando y entre ellos, yo». «Todo es muy frustrante, porque él no explica», sostiene para precisar que el conflicto con el profesor tuvo su origen precisamente en eso, porque «se limitaba a leer el libro». «Y al principio ni eso, porque nos mandaba leerlo a nosotros». «Todo esto ha empezado porque le pedimos un método didáctico distinto para dar las clases, porque su metodología no nos ayudaba, y a raíz de ello surgió toda la situación que estamos arrastrando», comenta. Pero «acabó hasta sin leer y lo único que hacía era leer el título, tres palabras y el resto lo hacía arrastrando las frases».

Ante la falta de una explicación didáctica este estudiante afirma que han tenido que preparar la materia de este profesor invirtiendo «muchas horas en casa». Las circunstancias que están viviendo, dice, que afectan también al rendimiento académico para el resto de clases. «De hecho hoy (por el viernes) teníamos dos exámenes más de otros dos módulos y he entrado y he salido llorando por la situación que tenemos con él», confiesa.

El ambiente de crispación en el aula asegura que se debe a todo tipo de comentarios desafortunados. «A una compañera que es celiaca le ha llegado a decir que es media persona y a otra, que tiene un retraso», denuncia. Y sigue: «A mí me ha llegado a decir que soy inútil, que no valgo para esto y de una chica que tiene dislexia se ha reído porque confundiese las letras».

La corrección de exámenes también ha dado lugar a esta clase de comentarios fuera de lugar. «Contestas en el examen lo mismo que pone en el libro y te pone un cero. Le dices que por qué, que es lo que pone en el libro y te dice que el libro miente», cuenta este alumno, al tiempo que lamenta que desde la Consejería de Educación no se le aparte de la docencia cautelarmente. «Nosotros siempre nos hemos dirigido a él («que nos ha llamado sinvergüenzas por toda la repercusión que esto tiene para él) educadamente. Si todo esto lo llegamos a hacer nosotros ya estaríamos expulsados», razona por último.