Los vecinos del 'lanzador de ladrillos' piden una intervención urgente

El último episodio vivido en la calle Cavas el pasado martes, cuando un vecino lanzó desde la ventana de un primer piso cascotes y ladrillos a la calzada no hace más que poner en evidencia que el sistema falla. No era la primera vez que ocurría. «Tira todo tipo de cosas por la ventana. El otro día coincidió que había niños que pasaban por aquí para ir al colegio y los tuve que meter en el local porque estaban muy asustados», comenta la propietaria de uno de los negocios de la zona, que prefiere hablar desde el anonimato.

«¿Pero es que no se puede hacer nada?», se cuestiona uno de los vecinos afectados. La alcaldesa de Calahorra, Elisa Garrido, asegura que «se llevan meses y meses tomando medidas con este señor». «El Ayuntamiento de Calahorra toma las medidas que nos corresponden», afirmó la regidora en el pleno del pasado miércoles, cuando fue interpelada por el PP sobre la problemática con este ciudadano.

Garrido detalló que la Policía Local «ha practicado varias detenciones, ha pasado varias noches en el calabozo, se le han aplicado sanciones y se ha trasladado toda la información a la Fiscalía y al tribunal que corresponde». De hecho, desde el Gobierno municipal, a preguntas de este periódico, se recalca que «desde hace año y medio la Policía Local está en contacto con el Decanato de Justicia trasladándole todos los incidentes que provoca esta persona».

Los vecinos, sin embargo, exigen una solución inmediata ante la reincidencia de sus acciones. Fredi Castillo, propietario de una peluquería situada debajo del piso donde reside este vecino conflictivo, describe su día a día como un calvario. «Nos tira basura y tenemos constantemente humedades en el baño porque se pasa el día haciendo obras y nos inunda todo», denuncia. «Otras veces hasta nos ha tirado mierda y los clientes han tenido que salir despavoridos», añade.

Los incidentes no acaban aquí. «Otra vez salió por la ventana, se quedó colgado a la pared y nos tumbó los cables de la electricidad. Entonces no pudimos abrir la peluquería porque suponía un peligro. Y otras veces no hemos podido salir de la peluquería porque tiraba cosas por la ventana», relata con impotencia Fredi.

Los daños de estos incidentes también se aprecian en la calle, donde hay árboles arrancados por esta persona (denuncian los vecinos) y varios cristales del escaparate de la peluquería están rotos. «También nos intimida, y en la fachada de la tienda ya nos ha escrito que traficamos, violamos o incluso nos amenaza y nos pone: 'estas muerto'», añade Fredi, que ha interpuesto ya siete denuncias contra esta persona.

«Yo, como estoy en otra acera, no lo sufro tanto», pero «en general es un peligro», comenta otra comerciante, que prefiere no dar su nombre. «El día que le dio por arrancar puertas y tirarlas por la ventana tuve que estar pendiente de que no pasara nadie», recuerda esta comerciante.

«¿A qué están esperando los jueces para actuar? ¿A qué pasa algo mucho más grave», cuestionan desde otro comercio, desde el que se asegura que se muchos vecinos están viviendo «con miedo».