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Este miércoles, alrededor de las 11.30h, cientos de agricultores riojanos se concentraron en el entorno del municipio de San Asensio, en un descampado paralelo a la carretera N-232. Allí, durante varias horas, fueron llegando escalonadamente tractores procedentes de los pueblos de Huércanos, Sotés, ... Navarrete, Cenicero, Hormilleja, Fuenmayor o el propio San Asensio, ante la atenta mirada de varias patrullas de la Guardia Civil. Muchos de estos vehículos, presentes en las manifestaciones de la última semana.
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Eduardo García Martínez
Todos ellos acudieron con la idea de formar un gran mosaico, únicamente apreciable a vista de pájaro, con la frase «La Rioja Unida» y un lazo anexo. Javier Valiente, uno de los organizadores de la actividad, procedente de Navarrete, se mostraba cauto al principio. «Vamos a ver si llegan suficientes tractores para escribir La Rioja y si vienen más, añadiremos Unida», aseguraba de primeras. Sin embargo, la gente respondió al llamamiento, y hubo vehículos de sobra para incluir hasta un subrayado por debajo.
No fue fácil ordenar todos los vehículos, llevó un par de horas, hasta que alrededor de las 13.30h ya estaba todo en su sitio. De ello se encargó Ignacio, un viticultor de Briñas, que gracias a su dron podía indicarle a Valiente cómo debían colocarse los vehículos. La letra que más costó formar: la jota. «A ver si podemos hacerlo rápidamente, que se me acaban las baterías del dron y nos quedamos sin foto», comentaba el veterano piloto al inicio. Finalmente, se pudo constituir el mosaico sin agobios.
Una vez concluido el laborioso trabajo de ordenación, varios de ellos bromeaban. «Ya nos quedamos a comer aquí, esperamos hasta la noche, y echamos otra foto con las luces rotatorias encendidas», comentaba un grupo de viticultores entre risas. Y es que a este acto acudieron cientos de trabajadores del sector primario, muy unidos entre ellos. «Este es el evento final, simbólico, de nuestras protestas; ahora vamos a ver qué consiguen los sindicatos en la reunión del jueves con el ministro», comentaba Marisa, una agricultora de San Asensio allí presente.
«Si no nos gusta el acuerdo que alcanzan, volveremos a salir», repetían unánimemente muchos de ellos. «No nos fiamos mucho de los sindicatos», expresaban varios. Algunos de los allí presentes quisieron formar parte del acto, a pesar de no haber podido llevar sus tractores para conformar el mosaico. Es el caso del joven Julen, un agricultor de 24 años de San Asensio. «Tenía el tractor enganchado con los aperos, pero no quería faltar hoy, así que he venido con mi coche; no he fallado ni un día a las protestas», comentaba.
Por su parte, Daniel, agricultor de Navarrete, expresaba su esperanza por el posible acuerdo de mañana, aunque con cautela. «Vamos a mandar verificadores de las asambleas locales para asegurarnos que en la reunión con el ministerio nadie nos traiciona, esperamos que vuelvan de Madrid con algo positivo», afirmaba. En los últimos compases del acto, que concluyó alrededor de las 14.00h con una foto de familia, Sergio, un viticultor de Hormilleja, tenía sentimientos contrapuestos. «Creemos que esta semana de protestas va a servir para algo, pero aún así, no le veo futuro al campo más allá de un par de décadas; yo tengo una hija joven, y no quiero que me coja el relevo», contaba antes de volver a su pueblo.
«Nosotros somos gente trabajadora, nos gusta estar a pie de viña, ahora es momento de podar y muchas otras labores, no podemos estar todo el día en la carretera», añadía un grupo de viticultores de Cenicero, antes de enfilar la N-232 de vuelta a sus hogares.
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