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Fermín Apezteguia
Lunes, 8 de noviembre 2021
La radiología se enfrenta, otra vez, a una nueva revolución tecnológica. Están a punto de llegar sofisticadas unidades de rayos X que con una dosis mínima de radiación serán capaces de obtener las imágenes más complejas y detalladas que cabe imaginar. Niños y pacientes oncológicos, ... que suelen ser los que más placas requieren, serán los más beneficiados, según explican los especialistas Gorka Bastarrika, jefe de servicio de Radiología de la Clínica Universidad de Navarra, y Jesús Pueyo, responsable de Coordinación Institucional en la Sociedad Española de Radiología Médica SERAM.
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Llegarán también equipos capaces de caracterizar los tejidos hasta el punto de determinar de qué están compuestos y si contienen o no células tumorales. A las puertas de las unidades de radiología llama también la inteligencia artificial, que mediante sistemas computacionales, teniendo en cuenta la estadística, ayudará de manera determinante a «diagnosticar, detectar, caracterizar y ver la respuesta al tratamiento». «Vamos hacia una medicina de precisión, que significa que a cada paciente le vamos a dar un tratamiento personalizado», afirman.
A la espera de la nueva revolución que se espera en la especialidad, los cuatro equipos básicos de que se valen hoy los radiólogos en su trabajo son los siguientes.
La herramienta original, aunque los equipos de hoy, lógicamente, muy poco o nada tienen que ver con los primitivos. Con ellos se hacen las radiografías convencionales. La más conocida de todas ellas es la placa de tórax, que ha sido «de largo» la exploración más practicada en el último año y medio como consecuencia de la epidemia de coronavirus. Esguinces, roturas de huesos y exploraciones de la columna también se hacen con estos equipos.
La técnica más utilizada por los radiólogos, en parte porque resulta del todo inocua y muy accesible. Las ecografías ginecológicas, durante el embarazo o para explorar la mama, quizás sean las más populares, pero también se utiliza para examinar dolores abdominales y en cardiología.
Basada también en el uso de rayos X, permite obtener desde diferentes ángulos radiografías que, debidamente procesadas crean imágenes de cortes transversales de los huesos y tejidos. Tiene multitud de aplicaciones clínicas y se emplea sobre todo en oncología, aunque también para el estudio de pulmones y complicaciones digestivas. Los avances más recientes han abierto el uso de estos equipos al estudio del corazón y las arterias coronarias de forma no invasiva.
Otro procedimiento completamente inocuo porque tampoco utiliza rayos X, sino ondas de radiofrecuencia que permiten localizar átomos que dan lugar a una imagen. Tiene multitud de aplicaciones, aunque se emplea fundamentalmente para el estudio del cerebro y la patología musculo-esquelética. Los últimos avances en resonancia magnética están permitiendo detectar enfermedades antes de que den síntomas.
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