«Lo que ha pasado con el cohete chino volverá a suceder»

La postura de China de precipitar sin control sobre la Tierra parte de uno de sus cohetes no es nueva. Ya lo han hecho dos veces más, la última en mayo de 2021 cuando los restos de otro módulo cayeron sobre el océano Índico. Y Fernández Soto, en declaraciones a este periódico, cree que la de hoy no será la última porque básicamente la Agencia Espacial China no se preocupa de su chatarra espacial con la intensidad que lo hacen otras agencias espaciales. «Cuando lanzas un cohete, por un sentido de responsabilidad, lo controlas. En el caso de los cohetes dejas un rastro de combustible y un rastro de sistema de control de modo que, al menos, puedas frenarlo para que la reentrada en la atmósfera sea sobre un área que más o menos controles, por ejemplo el Pacífico Sur, la zona más vacía del planeta, una inmensa superficie de agua sin apenas islas habitadas», explica el científico. Los chinos, en cambio, lanzan el cohete «y luego donde caiga, cayó», ilustra Fernández Soto.

Noticia Relacionada

El cohete chino descontrolado se estrella en el Pacífico

Cristian reino José Antonio Guerrero

Es verdad que la probabilidad indica que caerá en una zona deshabitada o de agua, pero en el caso del cohete chino, un gran 'escombro' de 20 toneladas, la Península Ibérica se encontraba en su trayectoria y existía un riesgo de que los fragmentos pudieran caer sobre territorio español. De ahí la decisión de cerrar parcialmente el espacio aéreo y evitar que una de estas piezas pudiera afectar a alguna aeronave en pleno vuelo. «Entiendo que es más fácil cerrar el espacio aéreo que decir a todo el mundo que se quede en casa y no salga. La probabilidad es muy remota, pero está ahí. No habrá fragmentos lo suficientemente grandes para hacer un desastre muy gordo, pero puedes provocar ataques de pánico», reflexiona el astrofísico.

El lado bueno es que la trayectoria de cohete «estaba muy definida», según el investigador, y se sabía que sobre las diez de la mañana la órbita pasaría por nuestro país, como así fue, lo que permitió tomar decisiones. Los restos del cohete, a una velocidad de más de 20.000 kilómetros por hora, entraron por la provincia de Zamora y salieron por entre Barcelona y Tarragona. «España estaba en esa trayectoria. En los momentos de peligro por España pasó una vez», cuenta este físico especializado en el estudio observacional del universo lejano.

Lo cierto es que sobre nuestras cabezas sobrevuelan decenas de miles de pequeñas piezas de restos de satélites o cohetes, algunas son tan pequeñas como una tuerca, que en su mayoría están controladas desde Tierra. El Gobierno chino lleva años desarrollando una intensa actividad espacial con la construcción de su propia Estación Espacial. Por eso a Fernández Soto no le extraña que vuelva a suceder algo parecido. «Si no tienes un criterio de control de la caída de restos, esto sucederá de nuevo; otras agencias espaciales sí los tienen. Y los chinos básicamente no». Así que tal vez sea el momento de poner en marcha una legislación 'planetaria' que regule con férreos criterios de control qué hacer con la basura que se seguirá acumulando en un gran vertedero espacial.