Ricardo Hueso es astrofísico y miembro del Grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU.
En las primeras décadas del siglo XX había optimismo sobre la presencia de vida más allá de la Tierra. La idea de un Marte habitable era especialmente atractiva. Los telescopios ... mostraban un mundo con hielos polares que cambiaban con las estaciones y donde se sucedían periodos de terrenos despejados, épocas de nubes y a veces gigantescas tormentas de polvo. Flammarion y Schiaparelli discutían por carta los misterios de los canales de Marte, aparentes líneas evanescentes que se veían tan solo ocasionalmente. Astrónomos como el norteamericano Percival Lowell interpretaban esas líneas como inmensos canales artificiales, muy superiores en tamaño a grandes obras de la ingeniería terrestre como el canal de Suez y el de Panamá.
Lowell publicó varias obras sobre Marte, sus canales y una civilización marciana en el ocaso de su historia. Inspirado por él y su propia época, Edgar Rice Burroughs, el autor de las novelas de Tarzán, popularizó la idea de un Marte habitado por civilizaciones guerreras que llamaban a su planeta Barsoom, un mundo de aventuras en el que desarrollar literatura de evasión. Junto a 'La guerra de los mundos', de Herbert George Wells, nacían una serie de influencias que han dominado una gran parte del imaginario colectivo sobre extraterrestres y que aún perduran en la cultura popular moderna.
En 1964 la misión espacial Mariner 4 obtenía las primeras fotografías desde el espacio de Marte y mostraba un mundo con una tenue atmósfera, antiguos cráteres e inhóspitos desiertos. En 1976 las Viking se posaban sobre su superficie, encontrando temperaturas heladoras que podían caer hasta los 140 grados bajo cero de noche con breves y cálidos mediodías, pero incompatibles con agua líquida. Marte no era el planeta de las grandes y antiguas civilizaciones de Burroughs y Lowell, sino un inmenso desierto helado.
Y, sin embargo, Marte tiene abundantes señales geológicas de un pasado rico en agua líquida con un clima cálido que permitió formar grandes ríos, amplios lagos y quizás océanos. En febrero de 2021 el 'rover' Perserverance aterrizó en Jezero, un antiguo cráter de impacto inundado en el pasado y con un inmenso delta fluvial formado en la misma época en la que la vida surgía en la Tierra y Marte era habitable. La misión de Perserverance es reunir múltiples muestras de rocas marcianas a lo largo de un trayecto de kilómetros recogiendo restos de sedimentos formados en diferentes épocas.
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Esas muestras serán traídas a la Tierra dentro de unos años por una nueva misión espacial, la Mars Sample Return Mission, una iniciativa conjunta de NASA y ESA ahora en fase de desarrollo. Cuando esas muestras lleguen a la Tierra, quizás en 2032, sabremos si la vida, ese fenómeno fascinante del que formamos parte, se desarrolló también en mundos cercanos como el planeta rojo, y si es por tanto abundante en el Universo. Quizás Barsoom sea el Marte de un remoto pasado con agua y tal vez vida, un lugar donde la aventura es ciencia y la ciencia una emocionante aventura.
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