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Han tenido que pasar 52 años para que Estados Unidos vuelva a la Luna. La última vez ocurrió en diciembre de 1972 con la misión 'Apolo 17', el canto del cisne del programa que llevó al ser humano al satélite terrestre. Los tripulantes fueron ... Eugene Cernan, Harrison Schmitt y Ronald Evans. Los dos primeros fueron los únicos que pisaron el satélite terrestre. Y los últimos hasta que tomen el relevo los astronautas elegidos para la misión 'Artemisa' en septiembre de 2026, entre ellos Christina Koch, que se convertirá en la primera mujer en lograrlo.
El plan 'Apolo' nació con el histórico discurso que el presidente Kennedy dio el 12 de septiembre de 1962 en respuesta a los continuados éxitos soviéticos en el espacio. El 4 de septiembre de 1957 el Sputnik se convirtió en el primer satélite en salir del planeta. Le siguieron un mes después la perrita Laika y el 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin. «Ninguna nación que espera ser líder de otras naciones puede plantearse quedarse atrás en la carrera espacial (...) Elegimos ir a la Luna. Elegimos ir a la Luna en esta década y también afrontar los otros desafíos, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles, porque esta meta servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y aptitudes, porque es un desafío que estamos dispuestos a aceptar, que no estamos dispuestos a posponer, y que tenemos toda la intención de ganar, también a los demás», dijo el presidente norteamericano.
Tras casi una década de esfuerzos y varias víctimas mortales por accidentes fatales -tres astronautas murieron calcinados en el incendio de en una cápsula espacial durante un entrenamiento en 1967-, el 'Apolo 11' logró alunizar el 20 de julio de 1969. Neil Armstrong y 'Buzz' Aldrin se convirtieron en los primeros seres humanos en pisar el satélite terrestre. «Un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la Humanidad», aseguró el primero en una frase acuñada para la historia.
El 'Apolo 17' partió del Centro Espacial Kennedy en Florida el 7 de diciembre de 1972. Lo hizo de noche -la única vez que ocurrió en aquel programa- e impulsado por el gigantesco cohete 'Saturno V', un coloso que superaba los 100 metros de altura.
El alunizaje tuvo lugar cuatro días después, el 11 de diciembre, en las proximidades del Mare Serenitatis con Cernan, veterano del 'Apolo 10', como piloto, y Harrison Schmitt, un geólogo que se convirtió en el único científico que ha llegado hasta ahora a la Luna -el resto eran pilotos militares a los que se les habían dado nociones básicas sobre el satélite terrestre-. Evans permaneció en órbita esperando el regreso de sus compañeros. «Era el sitio más variopinto de cualquiera de los sitios de 'Apolo'. Fue elegido específicamente por eso. Con las montañas, teníamos tres dimensiones para mirar y recoger muestras. Teníamos basaltos en el suelo y rocas de tierras altas en las paredes de la montaña. También teníamos este aparente material volcánico joven que se había visto en fotografías y que no era inmediatamente obvio, pero al final lo encontramos en forma de suelo anaranjado en el cráter 'Shorty'«, explicaría el geólogo .
Como en las misiones inmediatamente anteriores, contaron con un 'rover' que les permitió recorrer 31 kilómetros en tres días sucesivos y recoger 110 kilos de rocas lunares. Establecieron varios récords: permanencia más larga en la Luna con casi 75 horas, el paseo ininterrumpido más largo con 7 horas y 37 minutos, y el tiempo máximo de exploración con 22 horas y 5 minutos. Antes de regresar a la Tierra, dejaron instalado un gravímetros de superficie para analizar la atracción que el Sol y la Tierra ejercen sobre nuestro satélite, un aparato para medir la masa, velocidad y frecuencia de caída de meteoritos y la erosión del material que salía despedido con cada impacto, y un medidor de la composición atmosférica.
Cuando dejaron la Luna, nadie pensó que Estados Unidos tardaría más de medio siglo en regresar. Pero para entonces el programa 'Apolo' estaba ya tocado de muerte. Los elevadísimos costes fueron una de las causas de la cancelación de las tres últimas misiones que estaban previstas -eran 20 en el programa original-. Cada lanzamiento del mencionado 'Saturno V' costaba mil millones de dólares. Además, en solo tres años se realizaron seis misiones, algunas rozando la tragedia como el 'Apolo 13' y su angustioso «Houston, tenemos un problema». Finalmente, el presidente Nixon decidió apostar por los transbordadores espaciales.
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