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Fumata blanca en Bruselas que se proyecta sobre la política española. La entrada a la par del líder de los populares europeos, Manfred Weber, de la dirigente socialdemócrata, Iratxe García, y de la liberal Valérie Hayer a la reunión de la Mesa del Parlamento Europeo ... sirvió este miércoles para escenificar el acuerdo de las tres grandes fuerzas que cristalizó en el desbloqueo de la nueva Comisión. El pacto pone fin a una semana de grave crisis política, tras el veto del PP de Alberto Núñez Feijóo a la ministra Teresa Ribera como nueva integrante del Ejecutivo comunitario por su gestión de la DANA y en réplica a la cuestionada del presidente valenciano, Carlos Mazón, y deja vía libre al nombramiento de los seis nuevos vicepresidentes. También el de Ribera como vicepresidenta ejecutiva y responsable de la potente cartera de Transición Limpia, Justa y Competitiva y de Competencia. Ha sido el gran caballo de batalla entre socialistas y populares pero, finalmente, Pedro Sánchez ha logrado salvar el veto de Feijóo aunque a costa, según tratan de apuntarse el tanto en Génova, de «pactar con la internacional ultraderechista» a la que tanto denuesta.
El acuerdo con «una agenda proeuropea» de las tres fuerzas asegura el apoyo del PP europeo a Ribera pese a que el PP español haya defendido por tierra, mar y aire dejarla caer por su «nefasta» gestión en la catástrofe de Valencia. Pero todo acuerdo tiene un peaje y los socialistas también apoyarán al candidato de ultraderecha italiano Raffaele Fitto -nombrado por Giorgia Meloni- y al aspirante húngaro Oliver Varhelyi, de Patriotas por Europa -grupo que preside desde el pasado fin de semana el líder de Vox, Santiago Abascal, y que incluye a la formación del húngaro Viktor Orbán-. Con todo, el acuerdo condiciona el 'sí' al comisario magiar a que se le retiren de sus futuras responsabilidades, dadas sus extremistas posiciones, la gestión de crisis sanitarias, las políticas de salud reproductiva y sexual y el derecho al aborto de las mujeres.
La evaluación de Ribera concluyó con luz verde tras casi cuatro horas de reunión de las comisiones parlamentarias, en la que los populares europeos, los Conservadores y Reformistas y los Patriotas por Europa presionaron para incluir un anexo en el que se incluyera un compromiso de la española a dimitir si es imputada. Finalmente el pacto fue posible rozando las once de la noche, con varios anexos de los distintos grupos políticos. El Partido Popular apuntó que lograron forzar que la evaluación de Ribera exija su dimisión inmediata en caso de ser imputada por la gestión de la DANA y señaló que Teresa Ribera «no ha tenido ni tendrá el apoyo del PP español».
Por su parte, fuentes socialistas criticaron el «ridículo» que a su parecer ha hecho el PP español. «Han introducido en la carta de evaluación un párrafo de opinión minoritaria que no tiene ninguna implicación práctica ni legal», destacaron estas mismas fuentes. Por su parte, la líder socialista Iratxe García destacó que el acuerdo para desbloquear las presidencias «desbloquea una situación que estaba poniendo en riesgo la estabilidad de la UE. No solo aseguramos la influencia política y progresiva del S&D en la futura toma de decisión, sino que también logramos un acuerdo de cooperación escrita entre las tres fuerzas democráticas del Parlamento Europeo», celebró.
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La presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, anunció tras la reunión de coordinadores que «está todo bajo control». Una frase que confirmaba el desbloqueo del nuevo Ejecutivo comunitario y que aportaba calma después de una semana de vetos cruzados entre populares y socialistas. El acuerdo allana el camino para la votación del conjunto de la Comisión en el pleno que se celebrará en Estrasburgo la semana que viene, el miércoles 27, con el PP español en contra de Ribera.
A su salida de la reunión de coordinadores, el líder de los populares europeos, Manfred Weber, destacó que la propuesta del nuevo Ejecutivo comunitario que estará liderado por la también alemana Ursula von der Leyen es «equilibrada y de compromiso» y «une a Europa». «Para nosotros lo más importante es garantizar la estabilidad y que la Comisión esté trabajando para el 1 de diciembre», destacó.
En este sentido aseguró que para su grupo era necesario que Italia formara parte del Ejecutivo, con la vicepresidencia de Cohesión y Reformas que obtendrá Fitto. Horas antes del acuerdo, los populares siguieron «con mucha atención» la comparecencia de Teresa Ribera ante el Congreso de los Diputados por su papel en la gestión de la crisis de la DANA asegurando que tendría en cuenta su desempeño de cara a su evaluación para el puesto europeo. Instigados por el partido de Feijóo, las huestes de Weber llegaron a plantear como requisito que la aún vicepresidenta tercera del Gobierno de Sánchez se comprometiera a dimitir en caso de ser investigada en un procedimiento judicial relacionado con esta catástrofe.
En un comunicado, el PPE insistió en que Ribera debe asumir ese requisito, cosa que la aludida no hizo este miércoles en su larga comparecencia en el Congreso y en el Senado pese a los insistentes llamamientos de Feijóo y los suyos. Los populares españoles, que ofrecieron un flanco a Weber para diseñar una Comisión más a gusto frente a Von der Leyen, no han conseguido explotar hasta el límite su cuestionamiento de Ribera por una cuestión nacional como la DANA. Pero sí se jactan de haber escuchado cómo Sánchez asumía para salvar a su ministra los candidatos de la extrema derecha italiana y húngara.
Tras el acuerdo con socialdemócratas y liberales, Weber destacó que los populares pidieron a Ribera que fuera a Madrid «a arreglar las cosas en casa», pero la clave para ellos es que la ministra «asuma la responsabilidad de lo que es su puesto». «Si tienes una sombra o carga sobre tus hombros, no es fácil cumplir tu tarea a nivel europeo», aseguró, limitándose a apuntar que la española debe cumplir con el código de conducta de los comisarios comunitarios.
El desbloqueo del Ejecutivo interesa a populares, socialdemócratas y liberales, sobre todo en un momento geopolítico muy complejo y con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca. Para el grupo de los Verdes, que no forma parte del acuerdo, este miércoles no fue «un día feliz» y censuraron que «la polarización de Madrid» se traslade «a Bruselas».
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