El fotógrafo íntimo de los Beatles Fotos inéditas Paul McCartney: «Fue como si millones de ojos se posaran de repente sobre nosotros»
Extraviadas hasta hoy, estas imágenes inéditas de Paul McCartney cuentan una nueva historia sobre los Beatles. Descubren por primera vez la intimidad del enloquecido momento en que se convirtieron en la banda más famosa del planeta.
Nunca habíamos visto la beatlemanía desde dentro. Empezó en 1963. Los Beatles acababan de lanzar Please please me, su primer álbum, y eso hizo que el mundo (no solo el de la música) cambiara para siempre. Los medios han ofrecido su visión del asunto; biógrafos e historiadores han contado los entresijos de aquella locura colectiva; y los fotógrafos han retratado la emoción exacerbada, las lágrimas, las persecuciones y los desmayos de las fans que alcanzaban el éxtasis ante la mera presencia de sus ídolos. Pero ¿qué vieron y sintieron los propios Fab Four al ver que el mundo había enloquecido por ellos?
Paul McCartney tiene la respuesta. Aficionado a la fotografía desde muy joven –«cuando mi familia tenía una pequeña cámara de cajón en los cincuenta», rememora–, el músico, que hoy tiene 81 años, retrató lo que rodeó a la banda en sus inicios con su cámara Pentax de 35 mm.
Diversos expertos e historiadores británicos llevaban tiempo preguntándose por el paradero de aquellas instantáneas; se creían perdidas. Las imágenes, sin embargo, llevaban décadas extraviadas en los archivos personales del artista hasta que se topó con ellas en 2020 y decidió seleccionarlas.
Es tal la relevancia y el valor documental del hallazgo, en especial para los británicos, que la National Portrait Gallery –uno de los museos más icónicos de Londres, en obras de rehabilitación desde hacía tres años– ha reabierto sus puertas exponiendo algunas de estas fotos inéditas de McCartney.
La idea es reflejar cómo se vivió la beatlemanía –término acuñado por la prensa británica en octubre de 1963– desde el propio «ojo de la tormenta». De ahí el título: Paul McCartney photographs 1963-1964: eyes of the storm. La muestra, abierta hasta el 1 de octubre, reúne 275 de las más de 1000 fotografías olvidadas que el músico tomó en aquellos días, acompañadas de reflexiones y recuerdos personales del propio McCartney.
Como muestra, un botón: «Fue como si millones de ojos se posaran de repente sobre nosotros. Es algo que no olvidaré en mi vida». Así recuerda el ex-Beatle aquellos momentos en que la banda de Liverpool dejó atrás los circuitos de clubes que habían visto florecer el merseybeat –subgénero pop-rock surgido en esa ciudad– para actuar ante audiencias de miles de personas.
El arranque de la beatlemanía tiene fecha: 9 de febrero de 1964. Fue el día del gran salto, uno de dimensiones estratosféricas. Los Beatles ya vivían la celebridad desatada en su país, pero en Estados Unidos eran bastante desconocidos. Hasta que aparecieron esa noche en el Ed Sullivan Show.
Este popular programa televisivo ya había dividido la carrera de Elvis en antes y después de su actuación, el 9 de septiembre de 1956, para más de 60 millones de telespectadores. Los Beatles superaron esa marca. Más de 73 millones vieron a los Fab Four en la tele y nada volvió a ser lo mismo.
Aquel hito cultural no solo trasladó la beatlemanía al otro lado del Atlántico; la multiplicó de forma exponencial. «Miro estas fotos ahora y encuentro cierta inocencia en ellas. Todo era nuevo para nosotros –prosigue McCartney–. Me traen una avalancha de recuerdos».
La selección final para la exposición se reduce a cuatro meses: de noviembre de 1963 a febrero de 1964, pero hay tal intensidad en las imágenes que resultan más que suficientes para observar la inocencia con la que sus cuatro protagonistas vivieron el momento que transformó el significado de la palabra 'fama'.
Ordenadas de forma cronológica, las imágenes nos adentran en el día a día de la banda. Y así, entre granulados retratos en blanco y negro en camerinos de Liverpool, ensayos en un estudio de París, horizontes invernales de Manhattan, el brillo colorido de Miami Beach bajo el sol, autorretratos del autor ante el espejo o escenas del 21 cumpleaños de George Harrison, aparecen multitudes rugientes, fans poseídas, policías desbordados, periodistas y fotógrafos estresados...
«La aguda observación de McCartney, tan celebrada en sus letras, caracteriza sus retratos íntimos de Lennon, Harrison, Starr y el mánager Brian Epstein –añaden los responsables de la muestra–. Representan momentos de concentración, relajación y alegría, pero también fugaces y en movimiento, como conducir por calles llenas de fans que te gritan».
De tanto grito, sin embargo, los Fab Four acabaron por renunciar a tan excesiva exposición pública. Apenas dos años después, en 1966, los Beatles dejaron de hacer giras y comenzaron a limitar sus apariciones públicas para centrarse en las grabaciones de estudio y en sus propias vidas privadas, hasta su disolución oficial, en 1970. Un año antes, por cierto, Paul McCartney ya se había casado con Linda Eastman... Fotógrafa, por cierto, y especialista en retratar a los grandes rockeros de la época.
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