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Tener los medios

Ángela Vallvey

Viernes, 15 de septiembre 2017, 10:26

La injusticia engendra rebelión. Cuando la política se hace insoportable, el ciudadano se ve obligado a insubordinarse con las armas a su alcance. Antaño lo hacía mediante la coacción en forma de revuelta, de violencia. Recordemos el caso de los Países Bajos (siglos XVI-XVII) ... bajo dominio de la corona española. Amberes era un puerto floreciente. Su burguesía, poderosa, ilustrada y consciente de su importancia, no se dejaba imponer fácilmente las directrices castellanas, aderezadas de una fiscalidad cruel y una política de agresiva represión religiosa. Tras muchas hostilidades, Felipe II envió a Fernando Álvarez de Toledo, Duque de Alba, a reprimir las revueltas en Flandes. El Duque llegó a los Países Bajos dispuesto a hacer lo que fuese necesario para aplicar la política española, las órdenes de su señor. Persiguió ferozmente a todo aquel disidente, o sospechoso de serlo, de la autoridad del rey español o del culto católico. Se otorgaron a la Inquisición todos los medios necesarios para desarrollar su tarea. El Duque instituyó un tribunal denominado oficialmente Tribunal de los Tumultos, que fue apodado por los ciudadanos holandeses Tribunal de la Sangre. En seis años ejecutó incontables penas de muerte. Había ejecuciones diarias. La política fiscal era implacable y sádica, se imponía a golpes, respaldada por las tropas. Los nobles estaban aterrorizados, suplicaron a Felipe II que destituyera al Duque de Alba. Cuando por fin lo lograron, el país estaba al borde del colapso. Los resultados de la política vengativa y despiadada del Duque de Alba, dejaron un pueblo en ruinas, cuando podía haber sido un rico y magnífico aliado.

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