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Szczepan y Anxo son una pareja polaco-española. Aficionados al deporte, se conocieron practicando la natación. «Y nada, pues nos hicimos amigos y al final pasó lo que pasó, y los dos queríamos tener niños», cuenta Anxo. «Empezamos a mirar cómo podíamos hacerlo en Londres, ... porque tienes más acceso a la información sobre todas las opciones disponibles».
Su primer hijo, Alexander, fue gestado por una amiga que ahora vive en Estados Unidos. Después, «queríamos tener una niña y nacieron gemelos, Benjamín y Adrián. Lo intentamos de nuevo y nació la niña, pero vinieron dos otra vez, Lilly y Manuel. Es bastante improbable pero ocurrió», dice Anxo, que trabaja como consultor informático en un departamento del Gobierno. Szczepan trabaja en la sanidad pública. Hijos de familias numerosas, mantienen también una relación amistosa con las madres de los mellizos, sudafricana y alemana, que también viven en Londres y son «las tías».
Son viajeros frecuentes, pero tienen discusiones sobre el destino de las vacaciones. Los problemas suelen ser de logística, el precio de los billetes, alojamiento... Por ejemplo, es habitual que cuando llegan a un destino no encuentren taxis para poder ir los siete. El sueño de los niños es viajar en el tren bala de Japón. Por el momento ya han estado en Turquía, Kuala Lumpur, Hong Kong, Ciudad del Cabo, además de Polonia y España. Este año han ido al desierto del Sahara en Marruecos. Szczepan cuenta que «los críos estaban aprendiendo en el colegio sobre el desierto y sobre África e imaginaban de maneras diferentes cómo es vivir en una tienda al borde del desierto».
«Han sido unas vacaciones muy bonitas, aunque el destino veraniego habitual es Galicia, que ofrece lo mejor para una familia: gallegos amistosos y acogedores, buen tiempo, playas fantásticas, seguridad y una comida local deliciosa». A Szcepan le encanta este tipo de veraneo y confiesa que nunca iría a un país «donde las familias como la nuestra no son aceptadas». «España y en particular Galicia es nuestro destino favorito», asegura.
Aunque Anxo desvela un 'problema' de las vacaciones gallegas: «En Londres los niños tienen unas rutinas establecidas: comen a las doce, cenan hacia las cinco y media y se meten en la cama dos horas más tarde. Cuando vamos a España, se come a las tres, nunca se cena antes de las nueve... Al principio intentamos forzar la rutina, pero es como nadar contra la marea y los niños se desorientan más».
Eso sí, siempre que regresan a su casa de Londres de las vacaciones de verano, les paran en el aeropuerto y les hacen un montón de preguntas, tanto a ellos como a los niños. «Siempre nos dicen lo mismo, que es para evitar el tráfico de menores. Y yo les contesto, de verdad crees que estas cosas se hacen así. Con una pareja gay y cinco niños», le quita hierro al asunto.
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