¿Twitter me va a dar ahora clases de ortografía?

El reto es de altura. Fernando Carratalá, doctor en Filología Hispánica y vicedecano del Colegio Oficial de Docentes de la Comunidad de Madrid, dibuja un panorama preocupante. «Cada vez se escribe peor», sentencia. Califica la situación de «caos ortográfico» y alerta de «la gravedad de un problema que se debe atajar con la implicación de toda la sociedad». Este catedrático universitario explica que en el origen del problema está la «aversión» de los más jóvenes por la lectura y su indiferencia ante las faltas. «La ortografía ha perdido prestigio en la misma medida en que se han ido acrecentando las faltas».

Una muestra de esta situación: la Policía ha anunciado este mes que eliminará el examen de ortografía como prueba de selección excluyente en las próximas oposiciones. La decisión se ha tomado después de que el pasado año suspendiera el 75% de aspirantes a pesar de haber bajado a un 3,5 la nota para aprobar.

¿Qué se está haciendo mal? «Se insiste en el aprendizaje memorístico de unas reglas ortográficas para un vocabulario culto que los jóvenes no utilizan», argumenta el doctor en Filología. Por ejemplo, se enseña a diferenciar la 'g' de la 'j' con palabras como hereje. Pero, ¿cuántas veces usa un chaval ese término? Sin embargo, emplean con frecuencia el verbo haber y lo hacen mal –'a dicho' es un error habitual–. También escriben 'coje' en lugar de coge, añade el experto.

Redes sociales como WhatsApp o Instagram han contribuido al pobre nivel ortográfico. «La inmediatez que requiere la era digital hace que la gente quiera escribir tan rápido como habla y la forma es usar abreviaturas, acortar palabras, llamar a las cosas por sus siglas, no poner tildes, incluso expresarse a través de emoticonos. Los más jóvenes memorizan esas palabras mal escritas y cometen faltas de ortografía constantemente», reprocha Virgina Ricoy, impulsora de la plataforma digital para aprender ortografía Walinwa.

Aunque el mundo digital es parte del problema, algunos le han dado la vuelta y lo han convertido en parte de la solución. Así, han surgido cuentas de Twitter que publican a diario pequeñas lecciones de ortografía. Las más utilizadas son las de la RAE, Fundéu o Reglas de Ortografía –el usuario recibe tuits que aclaran sus errores y dudas–. En la de la RAE incluyen 'La palabra del día', para enriquecer el vocabulario, y en Fundéu aclaran expresiones mal utilizadas en las noticias de actualidad.

Pero también hay apuestas más desenfadadas: cuentas de Twitter y de Instagram que han conseguido que lo que era una asignatura aburrida en el colegio se convierta en un entretenimiento. Una de la más famosas es la cuenta de La Vecina Rubia –más de 560.000 seguidores en Twitter, más de 1.350.000 en Facebook y más de 1,8 millones en Instagram–. Utiliza el perfil 'El conejito ortográfico' y la aplicación para móviles 'Escribir bien es de guapas' para, a través del humor y el juego, solucionar dudas sobre la lengua.

Otra de las más rompedoras de Instagram es 'Rompower', de Romina Vallés, una joven periodista y economista catalana que combate el mal uso del lenguaje con correcciones acompañadas de imágenes sexis. «Enseño ortografía con postureo a ver si así, sí», es su lema. Incluye aclaraciones a errores repetidos por sus seguidores y los acompaña de curiosidades. En su última publicación explicaba el uso de la tilde y de la coma en la expresión: '¿qué miras, tontolababa?'. «Tontolaba es una palabra formada a partir de 'tonto del haba', que tiene relación con la costumbre del rosco de Reyes de que debe pagar la persona a la que le tocaba el haba. O sea, que quedaba como un tonto».

La cuenta 'chicoRAE' está gestionada por Daniel Mata, un amante de la ortografía que publica fotos con palabras relacionadas, en muchas ocasiones, con los textos de las redes sociales: «¿Sabes que cuando pones un sí alargando la letra 'i', todas las vocales deben llevar tilde?: Síííííííí». Y en 'Academia para escritores' (APE) se sirven del apoyo del dibujo de un libro amarillo, con ojos, boca, piernas y manos para sus explicaciones, e incluyen frases de escritores o filósofos y curiosidades sobre el lenguaje como que la palabra libro viene del latín 'liber', que es la película que hay entre la corteza y la madera del árbol.