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Muchas de las recomendaciones que hacen los nutricionistas en la actualidad y los resultados de investigaciones sobre el consumo de determinados alimentos y sus efectos en el organismo estaban ya recogidos en el refranero popular desde tiempo atrás. «Muestran la experiencia de toda una vida, ... de años y años de comprobar sus efectos. Es sabiduría popular», resume el médico e investigador en el campo de la obesidad, diabetes y nutrición José Enrique Campillo. Estos son algunos de esos dichos sobre la comida que tienen vigencia.
«Cómete un tomate y no habrá quien te mate»: este refrán lo utiliza como ejemplo de la importancia de consumir verduras y hortalizas el nutricionista Luis Zamora. «Deben ser protagonistas de nuestras comidas principales y no sólo el acompañamiento de alimentos», resume el autor de 'Comer bien es fácil si sabes cómo'. «Verduras y frutas aportan una gran cantidad de vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes... Y lo hacen sumando muy pocas calorías, por lo que se puede ser generoso con las raciones», precisa. También algunas de estas rimas antiguas hacen referencia a su papel para mantener el peso adecuado: «Con verde, pimiento y pepino… tendrás tipo fino». Y alerta de otros, como el pan y los cereales, que suponen un «vehículo de calorías extra», como lo define Campillo: «Quién arroz come, buenos carrillos pone» y «Molletes crían mofletes».
Las frutas son protagonistas de muchas rimas y todo son alabanzas a sus propiedades. «Ya se conocía desde antiguo que eran muy saludables», destaca el doctor José Enrique Campillo, autor del libro 'Comer sano para vivir más y mejor', que cita refranes tradicionales relacionados con la nutrición junto a sus consejos sobre una dieta saludable. Sobre las frutas, destaca su poder para prevenir enfermedades. Estos son algunos: «Naranja agria en ayunas, salud segura», «Una manzana al día mantiene al médico en lejanía», «El vinagre y el limón medio cirujanos son» o «Uvas sol y aire, serás rico como nadie». A propósito de este último refrán, recuerda Campillo que recientes investigaciones han demostrado cómo el resveratrol de la uva contribuye a frenar el envejecimiento.
Encontramos en los dichos populares otras 'estrellas' de la nutrición: los frutos secos y el aceite. «Aves marías y nueces por dieces», «El aceite de oliva es armero, relojero y curandero» o «El aceite de oliva todos los males quita». «Nuestro refranero resalta los múltiples beneficios de este zumo de aceitunas, que ya eran conocidos aunque la ciencia no lo había corroborado».
«En lo amargo está lo bueno y en lo dulce, el veneno». Es un ejemplo de que ya se intuía «que los dulces son poco saludables y deben ingerirse con moderación», y eso que «antiguamente solo aparecían en las casas en circunstancias y conmemoraciones especiales», mientras que hoy en día «tienen una presencia constante en nuestra dieta», apunta el experto.
Sobre los embutidos, otro alimento que debemos limitar al máximo, el saber popular ha acuñado un refrán muy explícito: «Carne en calceta para quien la meta». Se refería a que con chorizos, morcillas... hay que tener cuidado con los ingredientes y con el proceso de elaboración. Refleja también la excelencia de lo casero, otro valor que ensalzan los médicos frente a la comida 'envasada'. En el otro lado de la balanza, el refranero cita 'todoterrenos' que eran y son pilares en las dietas por su facilidad de consumo y sus pocos riesgos. «Con todo va bien la patata porque es un manjar que no mata».
Y un dicho que resume como ninguno la importancia de la alimentación saludable : «El buen alimento cría entendimiento». En lo que supone un anticipo de estudios que relacionan la salud cerebral con la dieta equilibrada.
Pero si hay algo en lo que coinciden los nutricionistas es en la necesidad de comer con moderación. «Es mucho más saludable quedarse siempre con sensación de hambre, el organismo nos lo agradece. De hecho, uno de los factores que más condicionan la velocidad del envejecimiento es la secreción excesiva de insulina. El refranero reitera las ventajas de la frugalidad y advierte de los peligros de los excesos», apunta el experto, que recoge estos dichos: «Comer sin apetito hace daño y es delito», «Llena el vientre, más no tanto que reviente» o «Mejor es quedar con gana, que estar enfermo mañana». Incluso estas rimas populares apuntaban al valor de las cenas frugales. «Desayuna como un rey, come con un príncipe y cena como un mendigo» y «De grandes cenas están las sepulturas llenas».
El refranero ironiza con las 'consecuencias' o reacciones del organismo ante algunas comidas. 'Quien espárragos comió, al mear lo recordó» –este alimento contiene un ácido que genera metanetiol, causante del olor de la orina después de comer espárragos–. «Frijoles con coles, pedos a montones» –en alusión al conocido efecto de gases que provocan las legumbres–.
«El que dobla la espina tiene la panza fina» y «Si quieres vivir sano, una legua más al año». Son solo dos ejemplos de otra de las recomendaciones que se encuentran en esas rimas que han pasado de generación en generación: la importancia del ejercicio físico para la salud.
Y vamos ahora con uno de los refranes más conocidos: «El melón por la mañana; oro; por la tarde, plata; y a la noche, mata». ¿Es así o no? Pues no. «Es un alimento perfecto para tomar en cualquier momento. Si hubiera que ponerle una pega sería, en todo caso, su efecto diurético. Hay que tener en cuenta que el componente principal es el agua –más de un 90%–, por lo que si tomas una gran cantidad de melón en la cena, puede que te tengas que levantar al baño en mitad de la noche», recogen Gema del Caño, Julio Basulto y Beatriz Robles en su guía sobre los 'Bulos en la alimentación'.
Y muchas de estas rimas dan un valor al consumo moderado de vino que la ciencia ha demostrado que es perjudicial. «El buen vino es oro fino», «El vino poco es bueno, mucho es veneno». Aunque también algunos refranes intuían ya sus efectos negativos: «El que se da a la bebida en poco estima su vida». «El alcohol daña la mucosa gástrica, el hígado, las neuronas, y perjudica el sistema cardiovascular», recuerda Campillo.
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