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La última moda en jardinería es decorar con verduras de colores. Sí, han oído bien. Coles, lechugas, acelgas, apios, calabazas... relevan en terrazas y balcones a las flores y plantas de toda la vida. «Es una tendencia que crece cada año, sobre todo en invierno, ... porque resisten muy bien las bajas temperaturas. La gracia está en sacar partido al aspecto decorativo de las verduras», explica Santiago González, director de la Asociación Española de Centros de Jardinería (AECJ). Y una de las variedades que más juego da «por su fortaleza para desafiar al frío con sus cogollos magentas, púrpura, violetas y blancos rodeados de hojas grises o azuladas es la col ornamental (brassica oleracea), que ya es considerada la nueva estrella de los jardines invernales», comenta el también director de la revista 'Verde es Vida'.
La popularidad de estas coles tan vistosas, que se pueden plantar tanto en jardines exteriores (lucen mucho en parterres) como en maceta (combinando distintos tipos), se ha disparado en los últimos años alentada por su variedad de colores y formas –algunas variedades son verdaderamente espectaculares–, pero también por su escaso mantenimiento, un detalle que no suele pasar desapercibido cuando se trata de plantas.
Explica el experto en jardinería que «la época ideal» para transplantar las brassicas, que suelen aguantar 'bonitas' un año entero, es a finales de otoño o principios de invierno. «Resisten perfectamente tanto las heladas como la nieve. De hecho, sus colores se vuelven más vivos y atractivos a medida que aprieta el frío». Otra de sus ventajas es que «aprecian todos los suelos (fértiles, drenados, ácidos, neutros, alcalinos e incluso los calcáreos) y no necesitan cuidados especiales ni muchos requerimientos nutricionales», añade Santiago González. Tampoco es una planta que necesite mucho riego y ¡cuidado! porque no todas las variedades de brassicas son comestibles. Un truco: es aconsejable dejar que se seque el suelo antes de volver a regar de nuevo para evitar encharcamientos.
Pero no todo son ventajas. Las coles ornamentales son especialmente sensibles al ataque de los pulgones (áfidos) y las orugas. «Para evitar que estos bichos acaben con las hojas es importante rociar la planta con insecticida. De todas formas, este problema suele desaparecer en cuanto caen las primeras heladas», coinciden los expertos.
Uno de los jardines más fotografiados del mundo, el del castillo francés de Villandry, es famoso precisamente por su espectacular despliegue de coles de todos los colores, ordenadas primorosamente en filas y cuadrantes junto a lechugas, acelgas, apios y calabazas. «Es una planta muy agradecida, con una alta tolerancia a cualquier Ph, de manera que puede convivir sin ningún problema en tiestos combinados con hiedra variegada, pensamientos, ciclámenes, brezos, prímulas, skimias... La recomendación es plantar de seis a diez ejemplares por metro cuadrado», aclara el director de la Asociación Española de Centros de Jardinería.
Llamada también violeta de Los Andes, «resiste muy bien las bajas temperaturas y permite crear zonas de flor desde el otoño hasta bien avanzada la primavera. Sus pétalos sedosos de distintos tonos (rosa, rojo, púrpura, blanco...) se pliegan hacia arriba y componen pequeñas matas muy atractivas», explican en la Asociación Española de Centros de Jardinería (AECJ).
Cuidados: Es una planta que exige un lugar fresco (entre -5 y 18 grados) y luminoso, «aunque a resguardo del sol directo y un ambiente húmedo».
La viola tricolor es una planta especialmente adecuada para parterres e incluso para plantar bajo los arbustos, aunque también se desarrollan perfectamente en macetas o jardineras. «Al plantarlos se suelen intercalar los bulbos de tulipán», precisan los expertos.
Cuidados: Se pueden colocar al sol o en semisombra. «Solo necesitan un sustrato humífero y suelto».
«El brezo de invierno es una de las perennifolias enanas más populares por el color e interés que aportan al jardín», señalan en la AECJ. Existen muchas variedades, la mayoría de abundante floración rosada, púrpura o blanca que apenas deja ver el follaje.
Cuidados: Estos arbustos exigen un sustrato muy ácido (pH3 a 4,5), pobre en nitógeno y poroso. Prefiere la semisombra y no toleran el encharcamiento, pero tampoco la falta de agua.
Esta planta tienen un gran interés ornamental por su colorido follaje, que abarca toda la gama de rojos.
Cuidados: Prefiere la sombra y puede soportar temperaturas de hasta 15 grados bajo cero.
Esta planta es una «explosión de colores». En el mercado también existen híbridos con flores más grandes y tallos más altos.
Cuidados: Requiere semisombra, humedad ambiental y riego abundante.
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