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Cuántas veces has dicho eso de... 'no tengo nada que ponerme' delante de un armario repleto de camisas, pantalones, chaquetas, vestidos, cinturones, botas, pañuelos... «Y encima siempre terminas poniéndote lo mismo, ¿verdad? Cuando me pasan estas cosas, me doy cuenta de toda la ropa que ... tengo y de la mucha que se queda olvidada en el ropero casi sin estrenar, lo que me hace pensar que acumulo muchas prendas totalmente prescindibles», explica Saray Martín en su libro 'El método armario cápsula', una guía práctica para «construir un fondo de armario basado en prendas básicas, combinables y compras clave» que nos ayude a la hora de vestirnos cada mañana. Ahora que se acerca el temido momento de hacer el cambio de temporada, podemos aprovechar para hacer cada uno nuestra propia lista de imprescindibles.
El método
«Cuando hablamos de armario cápsula nos referimos a la mínima expresión de prendas con las que nos podemos vestir cada temporada. Suele estar compuesto por unas 30 o 40 piezas clave (incluyendo ropa, calzado y complementos) que se caracterizan por ser neutras, prácticas y de buena calidad. La idea es que todas las prendas que componen el vestidor combinen y funcionen entre sí para evitar quebraderos de cabeza a la hora de elegir nuestro 'look' diario», explica Fátima Valdés, estilista de moda y directora creativa. «Lo mejor de este método es que podemos alargar la vida de nuestra ropa temporada tras temporada sin caer en el aburrimiento», añade Saray Martín.
Conocer la morfología de nuestro cuerpo, los colores que más nos favorecen o tener una idea más o menos clara de nuestro estilo también resulta determinante antes de elegir las prendas clave de un armario cápsula. «No se trata de convertirnos en personas que visten igual, sino de mantener nuestra personalidad sin perdernos entre montañas de ropa», precisa Martín.
Simplifica
Sigue la regla del 'menos es más'. «Este método es la solución perfecta para todas aquellas personas que buscan aligerar su armario y aprovechar al máximo las posibilidades que les ofrecen sus prendas», señala Fátima Valdés. En este sentido, la también profesora del Instituto Europeo de Diseño (IED Madrid), aconseja «retirar las prendas que ya no encajan con nuestra realidad actual y comprar solo las piezas que nos falten. Porque todo lo que no ayuda no solo estorba, sino que entorpece la tarea de vestirse cada día de una manera ágil, fácil y rápida».
En resumen, «simplifica y evita tener cosas que no necesitas, no te gustan o no combinan con nada de lo que tienes. Un consejo, vacía completamente el armario, haz una selección de prendas y vuelve a colgar las que realmente quieres quedarte y necesitas de verdad», insiste Saray Martín en su libro.
Los beneficios
Fátima Valdés lo tiene claro. «Un armario cápsula nos permite hacer más y mejores 'looks' con menos prendas porque todo combina entre sí. Lo ideal es adaptar estas prendas al tipo de cuerpo, personalidad y estilo de vida de cada persona de manera independiente».
Las expertas aconsejan no cegarse con las tendencias. «Nos volvemos locos con las prendas que acaban de llegar a tienda y nos apuntamos al carro de todas las modas. ¡Error! Esto solo nos lleva a seguir acumulando ropa y cosas que no van con nuestro estilo. Ni hoy, ni el año que viene, ni en otra vida pasada. Definir un 'uniforme' –ese look con el que te sientes realmente bien– también te ayudará mucho cuando no sepas qué ponerte», desarrolla la especialista.
Explica Fátima Valdés que muchas veces nos volvemos locos comprando ropa nueva cuando la solución la tenemos en nuestro propio vestidor. Después de escuchar casi por sistema cómo amigas aseguraban no tener nada que ponerse mientras se asomaban a sus armarios repletos de ropa, la estilista fundó hace tres años War(Drobe) bajo el lema 'Te hacemos todos los 'looks' del mes con tu ropa para que no tengas que pensar qué ponerte ni cómo ponértelo'. Es decir, ir de 'compras' en tu propio armario. «Es una manera innovadora de reinventar las prendas, de darles una nueva vida, de adaptarlas a las tendencias de cada temporada, de salir del patrón de combinación habitual del que cuesta mucho deshacerse y de comprar de una manera más responsable y lógica», explica.
Camisas Una blanca de popelín y corte recto, otra en color liso y otra de rayas.
Camiseta blanca, negra y gris de un buen algodón, con cuello en pico o de caja.
Jersey de cuello alto en color negro y en crudo.
Jersey de cashmere en camel o beige.
Chaqueta de punto grueso para combinar con faldas, pantalones y vestidos.
Vaquero en negro, azul (lavado clásico) y en crudo o blanco de corte recto.
Pantalón de traje en negro y en color neutro.
Americana en negro y otra en color neutro.
Plumífero de largo 'midi'.
Falda de piel en negro o en marrón.
Bolso de piel grande o bandolera y en color neutro.
Bolso de ante con corte saco en un tono neutro.
Cinturón liso en negro.
Cinturón trenzado en color marrón.
Camisas de vestir en tonos básicos y neutros.
Camisas de sport de cuadros, rayas, denim y lisas en tejido Oxford.
Traje de chaqueta azul marino y otro en gris marengo.
Abrigo clásico tipo Chesterfield.
Cazadora de ante o piel.
Americana en marino y de corte relajado.
Camisetas básicas con mensaje o serigrafía (más informal).
Jersey en azul marino, camel y gris marengo o granate.
Vaqueros con lavado clásico.
Pantalón chino en beige, marino y kaki.
Cinturón liso en negro.
Cinturón trenzado en marrón.
Varias corbatas lisas y estampadas.
Zapatos clásicos de cordones.
Zapatos casuales tipo mocasín o botín de ante.
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