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Las bicicletas están más de moda que nunca y seguro que esta noche aparecen unas cuantas al pie del árbol. Infantiles, de montaña, de paseo, plegables, de carretera... Cada vez son más las personas que las usan no solo como entretenimiento sino también como medio ... de transporte habitual. De hecho, se calcula que once millones de españoles cogen la bici al menos una vez a la semana para desplazarse, un 40% más que hace tres años, según los datos del último Barómetro de la Bicicleta.
Esta apuesta masiva por las dos ruedas también se nota en su precio, que no ha dejado de subir en los dos últimos años hasta convertir algunos modelos en auténticos artículos de lujo. Solo en 2021 se vendieron un total 1.571.368 unidades, todo un récord para el sector del ciclismo, que ya ocupa la primera posición en cuanto a volumen de negocio (33,8%) por encima de disciplinas deportivas tan populares como el fútbol o el running, según explican en la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE).
La compra de este popular vehículo de dos ruedas supone en muchos casos un importante desembolso econónico y «esto hace que los ciclistas dediquen cada vez más tiempo y recursos a alargar su vida útil», argumenta Josep Traveria, director de Prioride, empresa especializada en el cuidado de las bicicletas. El precio medio de una bici de montaña, el tipo más vendido en nuestro país en 2021, con más de 600.000 unidades y una cuota de mercado cercana al 40%, fue de 832 euros, lo que nos da una idea de la inversión que supone.
«La duración media de una bicicleta es de unos seis años, pero con los cuidados adecuados se puede alargar su vida útil otros dos o tres años más», confirma Josep Traveria. Ahora bien, «mantener la bici a punto requiere cierta atención. Es conveniente revisarla antes de hacer una salida larga, limpiarla al regresar y engrasarla periódicamente», aconsejan los expertos de la OCU. Estas son algunas recomendaciones para que la bicicleta te acompañe los máximos años posibles.
Empecemos por los frenos. «Antes de salir, apriétalos y asegúrate de que obedecen bien a la presión y detienen la bicicleta con seguridad. Observa que los cables están fuertes, las zapatas no tengan demasiado desgaste y que tampoco estén sucios», coinciden los expertos. En cuanto a las ruedas, es importante comprobar la presión y ajustarlas al peso. «La adecuada suele estar entre 2,5 y 4,5 bares. No obstante, se debe tener en cuenta que cuanto más pesado sea un ciclista, mayor será la presión que necesite. El terreno también influye: para rodar en carretera se requiere más presión que por vías más accidentadas, puesto que si el neumático está demasiado inflado puede reventar si pilla un bache».
Siguiente paso. «Una buena limpieza de la bicicleta no solo mejora su apariencia, sino que también ayuda al correcto funcionamiento y evita el desgaste de sus componentes», señala el director de Proride. «La mayoría de las piezas son de metal y la humedad es uno de sus peores enemigos, por lo que es recomendable lavarla en cuanto se ensucia», añaden en la OCU.
¿Cómo se lava? «Si la bici tiene mucho barro se hace un primer lavado con agua. Nunca a presión. También se puede utilizar un producto que permita lavar en seco la bicicleta para proteger la pintura y los componentes o bien un champú. En las zonas más sucias (platos, piñones y cadenas) se debe aplicar un desengrasante al mismo tiempo que se giran los pedales en sentido inverso a la marcha». Eliminar el agua correctamente es otra parte fundamental del mantenimiento. «El cuadro se debe secar con una bayeta de microfibra, teniendo especial cuidado en los platos, piñones y cadena. Un truco para hacerlo es coger la bici con el manillar, levantar la rueda delantera y dar pequeños golpes contra el suelo con la rueda trasera para que salga el agua de los rodamientos», explica Traveria.
Una vez limpia, se debe hacer una buena lubricación de toda la zona de transmisión (cadena, juntas, palancas y cables de freno) para evitar desgastes y eliminar rozamientos. Según los expertos, «cuando las condiciones de rodaje son más húmedas, lo ideal es una lubricación con base de aceite, mientras que si se rueda en seco funciona mejor la cera».
De montaña (300-1.500 euros) Este tipo de bicicletas, robustas y versátiles, son las más vendidas (acaparan el 38,7% del mercado). «Se usan en caminos de campo, con agua y barro, pero también se puede circular por asfalto en calles y carreteras. Son ideales para ir al trabajo o al instituto a diario y para dar paseos por el campo los fines de semana», explican en la OCU. Si se va a usar mucho por terrenos irregulares, «es conveniente que tenga cuadro de aluminio y una buena suspensión delantera». El precio medio de las vendidas en 2021 fue de 832 euros.
De paseo (desde 200 euros) «Están pensadas para usar en un entorno urbano (ir al trabajo, hacer recados...) y se puede llevar una postura más relajada que en una bici de montaña». Son cómodas y estables y pueden 'tunearse' con múltiples accesorios: timbre, espejos, luces, canastilla... Precio medio: 306 euros.
Plegable (1.000-2.200 euros) Es una buena opción «si se tiene que llevar en transporte público o subirla a casa en ascensor». Son algo más pequeñas que las de paseo, pero resultan «cómodas, manejables y resistentes. Eso sí, no son tan versátiles porque sus ruedas son más pequeñas y tienen menos velocidades».
De carretera (desde 1.500 euros) Esta bicicleta está pensada para 'correr', por eso prescinden de accesorios. «Solo son apropiadas para rodar en asfalto». Precio medio: 2.303 euros.
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