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'Threads' es el nombre de la nueva red social de Meta, compañía responsable de Facebook, Instagram y WhatsApp. Su lanzamiento, previsto este jueves en Estados Unidos, se antoja determinante para el segmento del social media.
La explicación ha de buscarse en Twitter, red social ... aparecida en 2006 que acabó convirtiéndose en el foro de debate digital por antonomasia: si uno quería ser alguien; que su voz fuese escuchada y estar al tanto de cuanto se cocía en el mundo, debía crearse un perfil en la plataforma de Jack Dorsey. No en vano, las principales cabeceras de información comenzaron a insertar 'tweets' a modo de fuente en sus publicaciones, sabedoras de que los usuarios del pájaro azul siempre iban a estar primero en el sitio de la noticia (la mayoría de veces fortuitamente, dispuestos a subir vídeos e imágenes nada más producirse el hecho).
Pese a superar los 500 millones de usuarios alrededor del globo, Twitter se enfrentó al reto de la monetización: la compañía no terminaba de encontrar la fórmula para sostenerse económicamente. Fue entonces cuando el magnate Elon Musk (propietario de Tesla y Space X) entró en juego: según sus palabras, adquirió la red social para «librarla de las cuentas automatizadas y los sesgos ideológicos», no sin antes intentar dar marcha atrás en lo que a punto estuvo de costarle una cita con los tribunales.
Ya a los mandos, Musk no ha dejado de tomar decisiones tan controvertidas como incomprensibles en cuanto a gestión empresarial. Al despido fulminante de buena parte de su plantilla (ingenieros inclusive, lo que derivó en los constantes fallos de la plataforma), el multimillonario sumó una cuota de suscripción abusiva e indispensable para obtener la preciada marca de verificación azul, con la que se garantiza la autenticidad de la empresa o personalidad detrás de cada perfil. El propio Stephen King llegó a pronunciarse al respecto, asegurando que no apoquinaría un sólo céntimo: «A la mierda, deberían ser ellos quienes me pagasen».
Los usuarios compartieron el enfado del autor 'best seller'. Especialmente cuando Musk modificó el algoritmo de recomendaciones de Twitter para otorgar mayor difusión a sus publicaciones. Comprobaron además cómo aumentaban los mensajes con contenido abusivo, al tiempo que se minaba la difusión de los tweets publicados por sus seguidores.
La gota que colmó el vaso cayó la semana pasada, cuando Musk anunció un límite en el número de tweets que pueden leer las cuentas tanto verificadas como sin verificar. Millones de usuarios se vieron incapaces hasta de consultar sus propios perfiles, lo que provocó una espantada masiva en busca de alternativas (con la app descentralizada 'Mastodon' como principal beneficiada, tal y como suele ocurrir cada vez que los servidores de Twitter se resienten). Musk se justificó alegando que necesitaban frenar la «extracción masiva» de datos que terceras empresas hacen de Twitter para entrenar a sus inteligencias artificiales (Microsoft inclusive), pero la verdad se reveló poco después: Twitter se negó a renovar el contrato con su proveedor de servicios en la nube, Google, por lo que buscó aminorar su tráfico para ahorrar costes.
La nueva red social de Meta llega en el momento justo, con millones de usuarios deseosos de una plataforma de 'microblogging' lo más parecida posible al Twitter de siempre. Una alternativa, además, con garantías de crecer exponencialmente: el nuevo Twitter debe atraer tanto a perfiles de a pie como a las grandes estrellas y multinacionales, algo tan solo al alcance de Mark Zuckerberg.
Escasos son los detalles disponibles sobre Threads hasta la fecha. Sabemos que arrancó su fase de pruebas hace unas semanas en dispositivos Android y que los usuarios estadounidenses de iOS la recibirán en cuestión de horas. Así se describe en el App Store de Apple, de hecho: «Expláyate con Threads, la app de Instagram basada en conversaciones de texto. En Threads, las comunidades se unen para hablar de todo: desde los temas de actualidad hasta las tendencias del mañana. Sin importar tus intereses, podrás seguir a tus creadores favoritos y a cualquiera que comparta tus gustos; o crear un grupo de seguidores leales a los que exponer tus ideas y opiniones».
Las primeras capturas de pantalla hechas públicas muestran así un 'timeline' o línea del tiempo en la que se irán listando los mensajes de las cuentas a las que seguimos. Podremos compartir (retuitear) cada una de esas publicaciones, además de darles 'like', responderlas y enviarlas mediante un mensaje privado. Considerando el nombre de la aplicación ('hilos' en español), también es previsible la posibilidad de enlazar varias publicaciones para ahondar en un tema concreto.
Otros aspectos de interés serán la inclusión de imágenes y vídeos en unos mensajes cuya visibilidad podremos determinar: ¿queremos que los vea cualquiera, sólo nuestros seguidores o únicamente los usuarios mencionados expresamente?
All your Threads are belong to us https://t.co/FfrIcUng5O pic.twitter.com/V7xbMOfINt
— jack (@jack) July 4, 2023
Considerando que Instagram es la cuarta red social más utilizada en todo el mundo, con más de 2.000 millones de usuarios, la gran baza de Threads está clara: cualquiera con una cuenta de Instagram podrá acceder directamente a la nueva app (sin necesidad de registro y manteniendo su nombre de usuario). Además, se le notificará al momento quiénes de sus amigos y perfiles están ya presentes, pudiendo seguirlos al momento. Esto debería incrementar la base de usuarios como nunca antes se ha visto.
El gran pero del asunto es la crisis de reputación en que sigue sumida Meta. Las controversias sobre privacidad hicieron que Facebook perdiese fuelle y los más jóvenes parecen más seducidos por TikTok, al que Instagram no ha dejado de copiar. No ayuda consultar la cuantiosa información que Threads recopilará de sus usuarios: de contacto, financiera, sanitaria, historiales de búsqueda, ubicaciones, compras, multimedia...
En cualquier caso, los expertos señalan que dichos parámetros son similares a los recopilados por la propia Twitter, lo que resta validez a las críticas vertidas por Musk y Dorsey en las últimas horas. Han dejado caer que usar Threads equivale a vender tu alma al diablo. Veremos si, como parece, muchos terminan haciéndolo con el único propósito de fastidiar al cabecilla de Twitter.
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