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Tal ha sido la explosión de la inteligencia artificial (IA) que nombres como 'ChatGPT', 'Midjourney' o 'Dall-E' resultan familiares entre los más profanos. Dichas herramientas han suscitado dudas incluso al llamado 'padrino de la IA', Geoffrey Hinton, quien abandonó Google por disentir con el ... rumbo tomado por el gigante de Internet a dicho respecto. Es más, la Unión Europea trabaja a marchas forzadas para aprobar una legislación sobre inteligencia artificial que ayude a mitigar los peligros de su utilización extensiva.
No hablamos únicamente de los puestos laborales que podrían desaparecer con la automatización de numerosos procesos; también de la IA como herramienta de desinformación, utilizada en beneficio de determinadas corrientes políticas o potencias económicas. La generación de imágenes y vídeos ficticios tiene mucho que decir en este sentido: navegar por las redes sociales se ha convertido en una ejercicio de raciocinio constante, dado el número de titulares y contenidos multimedia inexactos o carentes de verdad.
Dichas fotografías también campan a sus anchas por los grupos de conversación de las aplicaciones de mensajería instantánea, como en el caso de los falsos desnudos de menores que ocuparon las principales cabeceras hace unos días. En este contexto, se hace indispensable aprender a identificar si lo que estamos viendo ha sido capturado por una cámara o es producto de herramientas como las mentadas, con las que cualquiera puede generar una imagen a golpe de 'click'. Estas son las claves en que deberíamos fijarnos:
1.
Las imágenes creadas con inteligencia artificial suelen caracterizarse por su impacto directo en el espectador. Tal así que éste no duda en compartirlas al momento en sus redes sociales, sin parar a preguntarse por la autenticidad del contenido. El mero hecho de que éste haya sido 'reenviado muchas veces' a través de WhatsApp ya debería hacernos dudar.
Antes de seguir extendido la cadena, conviene fijarnos en la fuente de la imagen: ¿está firmada por algún fotógrafo, medio de comunicación o agencia de noticias? Dicha información puede aparecer como marca de agua en la propia foto, a su pie (dentro de la noticia en que se inserte) o incluso en los comentarios a la publicación de la red social que corresponda.
Si no hay rastro alguno de firma, el siguiente paso será realizar una búsqueda inversa de la instantánea, es decir, buscar la imagen a través de 'Google Imágenes' (pinchando en la opción 'Búsqueda por imágenes'). Descubriremos así dónde se publicó originalmente y qué fuentes la respaldan: es común que fotos antiguas se traigan de vuelta en un contexto diferente, con determinados intereses, como cuando se publican supuestas imágenes de la guerra de Ucrania que en realidad pertenecen a un conflicto bélico anterior.
2.
Nada mejor que un ojo bien entrenado: si nos dedicásemos a visualizar una galería con cientos de imágenes creadas mediante IA, al cabo de un rato aprenderíamos a identificar patrones; pequeñas señales que caracterizan a todos los contenidos producidos por estas herramientas y que, hasta la presente, no han conseguido disimular.
En términos generales, estas fotografías muestran simetrías poco habituales en el mundo real; repiten patrones o combinan elementos de varias imágenes que, en el resultado final, no parecen guardar demasiada relación entre sí.
Si vamos a lo más concreto, conviene fijarse en las manos de los sujetos representados. También en sus caras, prestando especial atención a los ojos, el cabello, las orejas y los dientes. Estos elementos son los que más difícil se lo ponen a las IA, que a menudo dibujan manos con seis dedos o agarres poco naturales; miradas perdidas o, si el individuo usa gafas, reflejos que no se corresponden con el contexto o la iluminación del lugar en que supuestamente se encuentra.
También son comunes las dentaduras desproporcionadas o con demasiadas piezas, los peinados inverosímiles y las orejas a distinta altura (en algunas ocasiones una se muestra con pendiente y la otra desnuda). La textura de los rostros, tan brillante que parecen de plástico, es otra señal indubitable.
3.
Tan importante como fijarnos en los protagonistas de la foto es hacerlo en el lugar donde aparecen, especialmente si lo hemos visitado en alguna ocasión o estamos habituados a verlo por televisión. Una hipotética manifestación en Times Square puede desmontarse si detectamos que determinados carteles se han difuminado o aluden a una urbe completamente distinta.
Como hemos visto, las inteligencias artificiales no son buenas con las proporciones. Siguiendo con el ejemplo de la manifestación, tal vez apreciemos que cierta persona aparece mucho más alta de lo que es en realidad o absurdamente más baja que el resto, lo que indica que ha sido colocada en la estampa de forma artificial.
Luego están las propias leyes de la física: si en la manifestación aparece el presidente del Gobierno pero éste se encontraba a esa hora en un sitio completamente distinto (como bien muestran los titulares de los periódicos), es imposible que lo que estemos viendo sea real.
4.
Los metadatos de cualquier foto cobran vital importancia para cazar a las herramientas de IA: son los datos 'ocultos' de la instantánea, donde se nos indica desde el modelo de la cámara o el teléfono que la tomó hasta sus parámetros de disparo, los derechos de autor o el tamaño de la imagen. A este último respecto, conviene saber que las imágenes generadas por inteligencia artificial suelen presentar una resolución más bien baja, lo que puede ser otra buena pista.
Atender al nombre de archivo de la imagen también puede dejar al descubierto su 'prompt', esto es, las indicaciones que alguien proporcionó a la IA para que la generase.
5.
Si después de aplicar todo lo anterior seguimos teniendo dudas de si lo que vemos es una foto real o no, existen herramientas diseñadas para identificar imágenes y vídeos creados por inteligencia artificial. Aunque no resultan infalibles, presentan unas tasas de acierto considerables.
Sin ir más lejos, Google ultima el desarrollo de 'SynthID', que insertará marcas de agua a estos archivos para evitar su utilización malintencionada. Otras herramientas online recomendadas son 'GAN detector' o 'Maybe's AI Art Detector' (este último especializado en ilustraciones).
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