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24 min.
Netflix acaba de anunciar su segundo incremento de tarifas en menos de seis meses (el último tuvo lugar el pasado octubre), movimiento que por lo pronto afectará a los mercados estadounidense, canadiense, portugués y argentino. Tal y como ha ocurrido en otras ocasiones, los nuevos ... precios terminarán aplicándose a los usuarios españoles de la plataforma, quienes apoquinarán el equivalente en euros a 7,99 dólares, 17,99 dólares o 24,99 dólares por mantener vigentes sus planes (con anuncios, estándar y premium, respectivamente).
Los servicios de streaming rivales también llevan tiempo engordando sus cuotas de suscripción, en pos de una rentabilidad que en el mejor de los casos tarda lustros en llegar: la compra de derechos de emisión y la producción de contenido original conlleva unos costes imposibles de cubrir con las ofertas de suscripción iniciales; no obstante éstas se plantean para amasar una gran base de usuarios. Es entonces, cuando los suscriptores han desarrollado cierta dependencia a las películas y series de cada casa, que los directivos de turno aprueban un aumento de las mensualidades con la esperanza de perder el menor número de afiliados posible.
La fórmula parece funcionar a tenor de los últimos resultados comunicados por Netflix: 19 nuevos millones de abonados en el último trimestre; una cifra de récord que eleva el número de suscriptores hasta los 300 millones en todo el mundo. Por supuesto, también son muchas las familias que, necesitadas de recortar gastos a como dé lugar, optan primeramente por abandonar este tipo de servicios.
Pensando en todas ellas surgió, hace unos años, la alternativa de las plataformas de streaming gratuito. Estas son las más populares:
1.
Apuesta por los canales temáticos de emisión lineal sin discriminar géneros (algo parecido a la televisión por cable tradicional): música, series, películas, noticias o deportes se suceden sin descanso para disfrute de grandes y pequeños. No requiere registro e incluye también una amplia selección de contenido bajo demanda.
2.
La plataforma del ente público ha ganado en popularidad gracias al éxito de 'La Revuelta'. Y es que alberga las emisiones de todos los programas de Televisión Española, además de series y películas de producción nacional. Destacan especialmente su archivo histórico y su apuesta por lo cultural, con el género documental como buque insignia.
'Mitele' y 'AtresPlayer' son las alternativas de los grupos Mediaset y Atresmedia.
3.
Aunque también cuenta con un apartado para alquilar películas y series, Rakuten ofrece cuantiosas ficciones y documentales sin coste alguno (ni necesidad de registro). Además está disponible para un gran número de dispositivos conectados.
4.
Solemos acudir a YouTube en busca de tráilers y tutoriales de cocina o belleza, pero lo cierto es que, según el país, también podemos encontrar películas y series completas de forma legal. La plataforma cuenta con la ventaja de poder crear listas de reproducción personalizadas, para tener entretenidos a los niños con una maratón de dibujos animados (por poner un ejemplo).
5.
Se trata de una plataforma vinculada a la red de bibliotecas públicas españolas, por lo que necesitamos un carnet expedido en alguna de las comunidades autónomas participantes. Funciona mediante un sistema de préstamos digitales limitado, pero en ocasiones es el único método disponible para acceder a determinadas series y películas (especialmente títulos clásicos o independientes de ámbito europeo).
6.
Los amantes de la animación japonesa encontrarán el paraíso en la versión gratuita de Crunchyroll, donde pueden reproducirse los primeros episodios de innumerables series (tanto en versión original con subtítulos como dobladas a nuestro idioma).
7.
La alternativa 'made in Spain' a Pluto TV cuenta igualmente con un centenar de canales patrios (generalistas y temáticos). Además permite grabar hasta 60 horas de contenido para reproducirlo luego en cualquier gadget compatible: móviles, televisores inteligentes, tabletas electrónicas...
Como suele decirse: «nadie da duros a cuatro pesetas». Estas plataformas no viven del aire y dependen de varios métodos de financiación ajenos a las cuotas mensuales aportadas por los usuarios. El más evidente es el conocido como 'AVOD' ('Advertising Video On Demand'): anuncios que se insertan antes, durante o después de la programación o el contenido que reproduzcamos. Éstos pueden aparecer como banners o spots de visionado obligatorio que a menudo se amoldan a nuestros gustos (la llamada publicidad segmentada) gracias a los datos recopilados por las compañías.
Porque sí, algunas plataformas obtienen información sobre nuestros hábitos y preferencias de visualización para hacer caja vendiéndola a terceros (empresas interesadas en estudios de mercado, por lo general) de forma anonimizada.
En otras ocasiones las claves radican en el contenido patrocinado y los acuerdos con productoras o distribuidoras, que usan los servicios de streaming gratuito como escaparate de aquellas películas o series que de otro modo pasarían desapercibidas.
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