¿Por qué internet funciona más lento por las noches?

Al igual que las carreteras se llenan de coches justo antes de la apertura de las oficinas y los colegios, las infraestructuras de los proveedores de internet se resienten a partir de las siete de la tarde, cuando se registran los mayores picos de conexión en nuestro país. Más concretamente durante la franja comprendida entre dicha hora y las once de la noche: padres e hijos utilizan su teléfono móvil, ordenador o televisor inteligente de forma simultánea, lo que dispara el tráfico no ya en un hogar concreto, sino en toda la geografía nacional.

Las operadoras llevan tiempo trabajando para que los usuarios no perciban estos topes de demanda, pero lo cierto es que todas ellas disminuyen sus velocidades de conexión al caer la tarde. Así lo reflejó el 'Barómetro de las conexiones fijas a Internet en España' elaborado por la firma nPerf en 2021, que tuvo en cuenta a Movistar, Vodafone, Orange, Digi, MásMóvil y Yoigo. Ahora bien, ¿presentan todas una ralentización similar? En absoluto. Si detectamos que el WiFi funciona peor a determinadas horas, una buena idea es probar un cambio de compañía: el rendimiento puede variar sensiblemente según la zona donde residamos.

Una forma de comprobar nuestras sospechas (es decir, que internet funciona peor a ciertas horas) es llevar a cabo un test de velocidad. Estas herramientas gratuitas envían y reciben datos al router para determinar nuestra velocidad de navegación, de forma que podamos compararla con la que tenemos contratada y apreciar disparidades según el momento del día.

Las operadoras ofrecen estas pruebas a través de sus sitios oficiales, pero también podemos recurrir a soluciones independientes como 'Speedtest': cuenta con aplicaciones para la mayoría de dispositivos (teléfonos iOS y Android, ordenadores Windows y Mac, Apple TV...) y utilizarla es tan sencillo como pulsar el botón 'Inicio' y esperar 30 segundos. Obtendremos entonces nuestras velocidades de subida y bajada, relacionadas respectivamente con el almacenamiento de archivos en la nube y su descarga, por poner dos ejemplos.

Antes de iniciar el test, en cualquier caso, debemos asegurarnos de tener conectados el mínimo número de aparatos posible. De hecho, se recomienda acometer la prueba desde un ordenador conectado directamente al router mediante un cable Ethernet.

Cuando un cambio de operadora no resulte factible, disponemos de otros paños calientes a los que recurrir para mejorar nuestra experiencia de usuario. El más evidente es adaptar el uso que hacemos de Internet a la hora del día: procuraremos no realizar descargas entre las 19:00 y las 23:00 horas, aconsejando además a los usuarios de videojuegos que no disputen partidas por Internet cuando algún miembro de la familia quiera visionar plataformas de streaming o esté terminando una reunión por videollamada.

Otra opción es comprobar si nuestro router ofrece diferentes bandas de frecuencia: actualmente la mayoría ofrecen una de 2.4Ghz y otra de 5Ghz, capaces de proporcionar velocidades de hasta 600 Mbps y 1300 Mbps respectivamente. Dichas bandas a menudo aparecen como redes WiFi distintas en el listado de ajustes de nuestros dispositivos y, por defecto, la mayoría se conecta a la primera. Esto provoca una saturación que agrava el problema de usar la red de redes por la noche. La solución pasa entonces por conectar aquellos aparatos compatibles (usualmente los más modernos) a la red de 5Ghz.

También es importante tener en cuenta que las conexiones inalámbricas siempre van a resultar más lentas que las cableadas, de ahí que se recomiende conectar al router todos aquellos gadgets que tengamos cerca: televisores inteligentes, las propias consolas de videojuegos y decodificadores, ordenadores de sobremesa o portátiles... Esto debería mejorar la experiencia con smartphones, tablets, altavoces inteligentes y cualquier otro dispositivo conectado por WiFi.

Como últimos recursos, los expertos en redes aconsejan instalar repetidores, reiniciar el router y comprobar su ubicación. Lo ideal es emplazarlo en un área central de la casa (intermedia si cuenta con varias plantas), de forma que la señal WiFi abarque el mayor número de habitaciones. Con todo, debemos evitar las interferencias provocadas por el agua, los muros de piedra o el metal: el router no se lleva bien con microondas, frigoríficos o acuarios. El otro quid de la cuestión reside en la orientación de las antenas: si tiene sólo una, mejor colocarla en vertical (apuntando al techo). Si tiene dos, la recomendación es colocar una en vertical y otra en horizontal (formando una L).