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J. Castillo
Viernes, 25 de octubre 2024, 19:13
Por haberse convertido en una suerte de navaja multiusos tecnológica, los teléfonos móviles se encuentran entre los dispositivos más codiciados y utilizados en todo el mundo. De hecho, también dominan el mercado de la segunda mano: hacerse con un modelo de gama alta garantiza poder ... venderlo varios años después a un precio considerable, por lo que muchos usuarios los conservan como oro en paño.
Claro que también se da el caso contrario: personas que conceden la importancia justa a unos smartphones que acaban con la pantalla resquebrajada y los conectores desvencijados. Por esto mismo, existen una serie de comprobaciones básicas a efectuar por quienes pretendan agenciarse un teléfono usado.
La batería es uno de esos componentes referidos como consumibles, esto es, que se agotan con el tiempo. Tras varios años su capacidad se reduce significativamente, lo que podría hacer que tengamos que cargar el móvil varias veces por día. Así, resulta crucial comprobar el estado de la batería del modelo usado al que hayamos echado el ojo.
En un iPhone podemos encontrar toda la información pertinente en el apartado 'Salud y carga de la batería', dentro de 'Ajustes', donde lo ideal es que la capacidad máxima de carga se sitúe por encima del 80%. Los modelos más recientes indican además el número de ciclos de carga efectuados hasta la presente y, en el caso de que el aparato haya pasado por un servicio técnico, también podemos atestiguar que la batería reemplazada sea original (en 'Historial de servicio y pieza', dentro de 'Ajustes' > 'General' > 'Información').
Si estamos interesados en un Android de segunda mano, por su parte, la mejor opción será instalar alguna de las aplicaciones diseñadas para evaluar el estado de la batería: 'Ampere', 'Elektron', 'GSAM Battery Monitor'... Por supuesto, también podemos decidir que nos compensa comprar el móvil aunque tenga la batería algo mermada, en cuyo caso podemos cambiarla por una nueva previo desembolso de unos 100 euros (algo más o menos según el fabricante).
Pocos usuarios lo saben, pero la mayoría de móviles Android disponen de menús secretos pensados para realizar una comprobación rápida de todos sus componentes. A éstos se accede introduciendo un código concreto en la aplicación de teléfono (como si fuésemos a realizar una llamada): ##4636## en los terminales de Samsung; *#*#7287#*#* en los de Google; *#*#64663#*# en los de Xiaomi y *#*#2486#*#* en los de Motorola. Estos códigos pueden variar entre modelos, por lo que recomendamos realizar una búsqueda rápida en Internet para cerciorarnos de la combinación correcta.
Una vez aparezca el menú de marras en la pantalla podremos seleccionar entre las opciones más variopintas. Por ejemplo, una prueba de teclado que ilumina en verde cada una de las teclas que pulsamos, para asegurarnos de que la pantalla táctil responde correctamente. También podemos comprobar el brillo máximo y mínimo de la pantalla; la vibración del teléfono, el LED de notificación si lo hubiere, la recepción de datos, el micrófono, la señal GPS, la tarjeta SIM, los altavoces e infinidad de sensores (proximidad, barómetro, acelerómetro...).
Si aún con lo expuesto no damos con estas opciones, existen aplicaciones capaces de llevarlas a cabo como 'TestM' o 'Testy' (disponibles en la Play Store de Google), donde también encontraremos un listado imposible de manipular con todas las especificaciones del teléfono.
En los iPhone nos tocará realizar la mayoría de comprobaciones de forma manual: efectuando llamadas para atestiguar el buen funcionamiento del micrófono; reproduciendo vídeos multimedia para evaluar el volumen de los altavoces o abriendo según qué apps para sondear la pantalla táctil.
Antes de cerrar el trato nunca está de más colocar el móvil bajo una fuente de luz para detectar cualquier micro abrasión en la carcasa o la pantalla. No tienen por qué interferir en su funcionamiento, pero pueden contradecir las condiciones de venta descritas por el propietario.
Igualmente pulsaremos todos los botones del smartphone para confirmar que se comportan como deben: botón de encendido, subida y bajada de volumen... (pulsaciones largas incluidas, pues muchas veces se asocian a funciones adicionales).
Por último, pediremos permiso para configurar nuestra huella dactilar en el sensor homónimo (si está presente) y ver que podemos desbloquear el móvil sin problemas; además de echar un vistazo a los conectores de carga y auriculares. Los expertos recomiendan llevar con nosotros una batería externa, un cable de carga y unos auriculares (también con cable) para cerciorarnos de que todo está bien. Si al mover ligeramente cualquiera de estos cables el aparato deja de cargar o el sonido hace extraños, mejor desconfiar.
El apartado 'Historial de servicio y pieza' de iOS también nos informa sobre un posible reemplazo de las cámaras del teléfono y si los nuevos componentes son originales.
Aparte, miraremos con lupa que el cristal que protege las lentes traseras no esté dañado y tomaremos algunas fotos de prueba (alternando entre los distintos modos de zoom óptico) para comprobar el resultado en la galería.
Lo último antes de comprar un móvil usado es consultar si su IMEI o número de identificación está asociado a un terminal robado (se catalogan así al formalizarse la denuncia frente a las autoridades). Para ello marcaremos *#06# y copiaremos el código de 15 dígitos en webs como 'swappa', que nos informarán al instante de cualquier incidencia.
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