Cómo proteger tu smartphone de estafas

¿Sabes cómo eliminar un virus de tu móvil?

Aunque cada vez resulta más difícil cazar a un 'malware' haciendo 'lo suyo' (están diseñados para actuar de la forma más sigilosa posible), los expertos coinciden en apuntar varias señales inequívocas de que algo se ha colado en nuestro terminal. La primera alude a su rendimiento: si el teléfono comienza a funcionar más lento que de costumbre sin razón aparente, lo más probable es que esté infectado. Esto es así porque los virus trabajan en segundo plano, lo que compromete la estabilidad del sistema operativo. También deberíamos sospechar si algunas aplicaciones se cierran de forma continua y repentina.

Un mayor número de procesos simultáneos impacta en la batería del móvil. Pero con independencia de que ésta haya perdido capacidad con los años, no es normal que el porcentaje de carga pase del 100% al 80% en apenas unos minutos. Ojo con esto también.

Haríamos bien en alarmarnos, además, si nuestro plan de datos móviles se agota a la mínima de cambio (puede ser indicativo de que alguien está controlando el teléfono de forma remota); si encontramos listadas llamadas que no recordamos haber hecho; si la pantalla se llena de anuncios que debemos cerrar constantemente o si algún amigo nos avisa de publicaciones sospechosas en nuestro perfil de cualquier red social.

Tampoco está de más revisar de cuando en cuando el listado de aplicaciones instaladas: si aparece alguna que no reconocemos, pregúntate cómo ha llegado ahí. Puede que te lleves una (desagradable) sorpresa y que sea el problema de todo lo que has detectado que funciona mal o de forma extraña.

Y cuando eso ocurre hay que tomar medidas. ¿Cómo? La firma de ciberseguridad ESET ofrece las pautas necesarias para eliminar un 'malware' de cualquier teléfono Android o iOS. Para aquellos con el sistema operativo de Google, el primer paso sería borrar la caché y las descargas a través del menú de ajustes del navegador (normalmente, 'Chrome', donde encontraremos el apartado 'Almacenamiento y caché').

Los expertos también recomiendan reiniciar el dispositivo en modo seguro (manteniendo pulsado el botón de encendido del aparato hasta que aparezca la opción correspondiente) para, a continuación, activar la función 'Google Play Protect' para comprobar que ninguna de las apps instaladas se comporta de forma inusual.

Los últimos pasos serían acudir al listado de aplicaciones instaladas (dentro de 'Configuración') para eliminar aquellas sospechosas o que no reconozcamos; e instalar una solución antivirus para ejecutar un examen a fondo del sistema que suprima las amenazas detectadas.

Esto último se aplica también a cualquier modelo de iPhone, donde la máxima es asegurarnos de que tenemos instalada la última versión de iOS (accediendo a 'Ajustes' > 'Actualización de software') para corregir cualquier brecha de seguridad. También resulta útil reiniciar el 'smartphone' para comprobar si esto resuelve el problema identificado; además de borrar el historial y los datos de navegación de nuestro navegador.

Como último recurso, tanto en iOS como en Android, procederemos a restablecer o 'restaurar' el teléfono. Primero a una copia de seguridad anterior y después, si no resultase efectivo, a los valores de fábrica (el estado en que estaba el teléfono cuando lo encendimos por primera vez).

Por supuesto, lo ideal es no tener que recurrir a nada de lo anterior. Para ello existen varias precauciones que podemos tomar, según Christian Ali Bravo analista de Comunicación Corporativa de ESET: «Algunas de las mejores prácticas para proteger un dispositivo y las cuentas alojadas en él son utilizar contraseñas fuertes, extensas y únicas; descargar únicamente aplicaciones de repositorios oficiales (revisando siempre los permisos que les damos); instalar un antivirus y evitar hacer clic en enlaces sospechosos».

Pero el Santo Grial de la ciberseguridad pasa por mantener actualizado tanto el sistema operativo como las aplicaciones del 'smartphone': los fabricantes cuentan con sus propios equipos de seguridad, encargados de identificar problemas y resolverlos antes de que puedan afectar a los usuarios.