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Cuentan que antes de decantarse por la efe minúscula, los dueños de Facebook pensaron en un erizo como mascota de la red social que cambió nuestra manera de tratarnos y nos introdujo de cabeza en las relaciones virtuales. Pero si eso fue la idea original ... quedó solo en eso, en una idea. El perrito de Twitter, sin embargo, se ha materializado, aunque parece un golpe de efecto (y de marketing), otra de las excentricidades de Elon Musk.
Desde luego, desde el punto de vista del diseño es un desacierto. «No tiene ningún sentido porque es un icono muy complicado que a pequeño tamaño no se distingue. Habría que tener una vista de lince para acertar a ver los trazos del perro», valora Máximo Loarces, del estudio de diseño 'online' Myssya. Y es que, por mucho que ladre, a nivel de marketing no podría comerse jamás al pajarito azul, uno de los iconos más reconocidos a nivel mundial. «El pajarito de Twitter es divertido y muy amigable. ¡Monísimo!», aplaude el diseñador gráfico. Coincide Paula Pinilla, CEO de la agencia de diseño, 'branding' y web Trece Matices. «Twitter tiene un logo que funciona muy bien. El perro, sin embargo, aunque ha tenido repercusión y a nivel de marketing es llamativo, no funcionaría porque es recargado, tiene demasiado detalle».
Pedimos a los dos especialistas que examinen, desde el punto de vista del diseño y de la identificación de los usuarios, los logos de las cuatro principales redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram y TikTok. «Hay cuestiones clave: que sean iconos simples, que la tipografía se entienda bien y, si es posible, que no estén sujetos a tendencias de moda», hace una primera valoración Paula Pinilla. ¿El más acertado de los cuatro? Dicen que Twitter, en su versión del pajarito, claro.
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Esta nota musical que representa a TikTok y que poco menos que marea al mirarla tiene defensores y detractores casi por igual desde el punto de vista estético. «No me gusta mucho porque da la sensación de que has colocado una imagen sobre otra y, al imprimirlas, se han movido un poco. Pero, por otro lado, ese efecto da la sensación de movimiento y de dinamismo, muy coherente con lo que ofrece esta red social: vídeos cortos», analiza Máximo Loarce, creador del estudio de diseño 'online' Myssya. De similar opinión es Paula Pinilla, de la firma de diseño Trece Matices. «La letra del logotipo es una octava de música combinada con la 'd' de Douyin, que es como se llama tikTok en China, donde fue creada. La sensación es que la nota musical tiembla, genera ese efecto como de vibración de sonido, acorde con los contenidos musicales con los que se lanzó al mercado en sus orígenes», aunque ahora sea mucho más que una aplicación de coreografías de baile. Sobre los colores que identifican a la red social de moda, «ese rojo y azul neón», son acertados, valora Pinilla. «Llaman la atención y se distinguen bien».
«La elección del azul para Facebook tuvo mucho que ver con que Mark Zuckerberg es daltónico y era el color que mejor distinguía, aunque el tono ha ido variando de un azul oscuro a más neón. ¿La razón? Que destaque mejor en las pantallas de los móviles», explica Paula Pinilla. Es, dice, la tendencia general, «irse a colores con más brillo que contrasten con los fondos, de manera que se distingan con facilidad en los teléfonos entre los logos de las otras 'apps' con las que comparten espacio». Además del color, lo que distingue a Facebook es su efe inicial de forma recta y en minúscula, un acierto a juicio de Pinilla: «Las tipografías de palo seco como esta se leen bien y mejor aún si el trazo es grueso, como es el caso. Por otro lado, las minúsculas generan cercanía». Es un logo, advierte la experta, «que no está sujeto a tendencias», así que tampoco pasa de moda. Además de cambiar de tono, Facebook ha experimentado más cambios en su marca desde sus inicios: «Al principio lucía una barrita azul que tampoco aportaba mucho y que más tarde se eliminó. Su evolución ha sido ir simplificándose y, en estos casos, cuanto más simple sea la imagen, mejor porque es más visible», valora Máximo Loarces.
Es el icono que más se sale de la línea general que comparten los otros tres: por sus animados colores, por la letra manuscrita del nombre... Pero funciona. «La imagen ha sido una evolución de la cámara vintage del icono original, que era una auténtica chulada pero compleja en su diseño, con demasiados elementos», recuerda Máximo Loarce. Dice que el de Instagram ha sido «el cambio más radical, pero correcto porque necesitaba simplificarse». Y la evolución no solo se ha notado en la imagen de la cámara fotográfica, también en la gama cromática. «Empezó con una paleta amplia de color y se ha quedado con el degradado, que dibuja una especie de arcoiris, como cuando miras por la lente de una cámara. Esta elección le diferencia de los colores opacos de los otros logos». ¿Arriesgado? No para lo que quieren vender. «Esa mezcla de colores se asocia a comunidad, a diversidad, a integración...». Eso sí, el acierto de la imagen de la cámara, choca con los 'peros' que le sacan los expertos a la tipografía. «El logotipo textual nunca me ha gustado porque no resulta muy legible, aunque han ido abandonando la palabra Instagram para centrarse más en la imagen de la cámara», explica Loarce.
Los cambios han sido muchos, pero se han hecho poco a poco. ¿Quién se acuerda ya de la imagen original? «Al principio, el pajarito de Twitter tenía más detalles: un pequeño flequillo, un ojo, había un árbol detrás... Pero cuando hay tantos detalles se pierden, así que el logo se ha ido haciendo más simple», aplaude Paula Pinilla, quien confiesa que, de elegir uno de los cuatro logos a análisis, se queda con este: «La tipografía, pese a la primera T mayúscula, es muy legible; el color turquesa, estridente para destacar; y la elección del pájaro, muy acorde con lo que define a esta red social, pequeñas dosis de contenido, como el piar de los pájaros». A Máximo Loarces también le gusta: «Aunque no soy fan de Twitter, su icono es el más amigable. ¡Si es que hasta parece que el pájaro está sonriendo!». Y la evolución estética, coincide el creador de la firma Myssya, «ha sido tan natural y progresiva, tan bien conseguida, que los usuarios apenas lo han notado». De ahí que haya gustado tan poco, a nivel de imagen, la irrupción del perrito, que jamás podría competir, dicen los expertos, en popularidad con el icónico pajaro.
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