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J.C.
Martes, 11 de julio 2023, 00:26
Cada vez más personas utilizan su teléfono móvil para pagar en comercios y restaurantes, algo impensable hace unos años, cuando las tarjetas de crédito sin contacto despertaron los recelos de buena parte de la población. La tecnología detrás de estos pagos se denomina NFC (siglas ... de 'Near Field Communication' o Comunicación de Campo Cercano), la cual permite intercambiar datos entre dispositivos que se encuentran a poca distancia.
Ahora, el consorcio responsable de dicha tecnología (NFC Forum, fundado por Nokia y Sony entre otras multinacionales) ha presentado su hoja de ruta para mejorar la comunicación entre nuestro smartphone y los datáfonos compatibles. La novedad más llamativa de aquí a 2028 será una ampliación de la distancia a la que deberemos colocar el móvil para completar cualquier transacción.
Hasta ahora no podíamos superar los 5 milímetros, lo que prácticamente obligaba a tocar el terminal de venta con la tarjeta o el teléfono. La idea es multiplicar dicha cifra de cuatro a seis veces, hasta los 2 o 3 centímetros, explica el NFC Forum en su comunicado: «Incluso un incremento modesto en el rango de conexión haría que las transacciones inalámbricas fuesen más rápidas y sencillas. También mejoraría la usabilidad, al disminuir la precisión necesaria para alinear los dispositivos».
En el futuro, el consorcio también contempla que los supermercados puedan entregarnos tickets de compra, cupones y tarjetas de fidelización a través del móvil, con tan sólo sacárnoslo del bolsillo. Esto contribuiría a salvaguardar el medio ambiente, ya que la impresión de papel se reduciría de forma considerable.
Aunque los pagos móviles se hayan estandarizado, todavía hay quien reniega por considerarlos poco seguros. La realidad es bien distinta, pues cada vez que pagamos nuestro smartphone genera un código diferente que se transmite al datáfono, es decir, nunca comunica los datos de la tarjeta de crédito. «El móvil tiene en la memoria varios códigos y los va renovando cada cierto tiempo para mayor seguridad», explica Jordi Nebot, cofundador de la empresa especializada en el desarrollo de herramientas de pagos online, PaynoPain.
De hecho, Nebot recalca que pagar con el móvil es más seguro que hacerlo con la tarjeta de toda la vida: «Las tarjetas físicas tan solo están blindadas por un PIN de cuatro dígitos que no solemos cambiar. Sin embargo, cuando pagamos con una aplicación es más difícil clonar la tarjeta porque en ningún momento se envían sus datos. Además, la forma de autenticar esa operación es con los rasgos biométricos».
¿Y si alguien nos acerca un datáfono al bolso para robarnos sin que nos demos cuenta? Nebot explica que se trata prácticamente de una leyenda urbana: «Es muy difícil que alguien pueda hacerlo. Por varios motivos. El primero es que el móvil debe estar activado y en espera de pago. Con Android podría ser más fácil que te hayas dejado el teléfono desbloqueado en el bolsillo y lo tengas configurado para que pague solo con desbloquearlo. No obstante, hay que tener en cuenta que detrás de un TPV existe una empresa o un autónomo identificado y una trazabilidad total a la cuenta a la que se va a enviar ese dinero. Sabemos quién ha hecho ese cargo y, si de verdad se ha dedicado a ese tipo de estafa, hay varias herramientas para devolver rápidamente el dinero a los usuarios si el pago no ha sido voluntario, y denunciar a la empresa o autónomo en cuestión».
La Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), dependiente del Instituto Nacional de Ciberseguridad, ha publicado una serie de consejos fundamentales para reforzar la seguridad de cualquier smartphone y así proteger nuestra 'cartera virtual'. Son los siguientes:
• Configurar nuestra aplicación de pagos móviles de forma correcta, prestando atención a las indicaciones e introduciendo los datos requeridos sin saltarnos ningún paso. Esto evitará que haya errores en el proceso y tengamos que repetirlo.
• Establecer un doble factor de autenticación para acceder a la cartera digital y realizar acciones con la aplicación, tales como pagos o transferencias.
• Habilitar el bloqueo del teléfono móvil, lo que evitará el acceso de terceros sin nuestro consentimiento.
• Activar las notificaciones por SMS en la app de nuestro banco. De esta manera podremos controlar el uso que se hace de la tarjeta y detectar si hay algún movimiento que no hayamos autorizado.
• Utilizar los servicios 'Encuentra mi dispositivo' en Android y 'Busca mi iPhone' en iOS, para que en caso de robo o pérdida del móvil podamos borrar los datos de las tarjetas que hubiésemos incluido en las carteras digitales (además de otra información que tuviésemos almacenada).
Finalmente, y en relación con lo expuesto por Nebot, la OSI pide que configuremos la cartera digital de forma que, al realizar pagos o transferencias, ésta solicite permiso para la activación del NFC (lo que únicamente es posible en Android).
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