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¿Cuántas veces te ha pasado que te has tumbado en el sofá apoyado sobre el brazo y, al despertar, has notado ese hormigueo tan característico que indica que no solo tú te has quedado dormido, sino que tu brazo también? Seguro que muchas. ¿O ... se te ha quedado 'atontada' una pierna después de estar media hora con ella cruzada en el patio de butacas de un teatro? «Estas son situaciones que nos pasan a todos con cierta frecuencia y no tienen mayor importancia desde el punto de vista médico», tranquiliza la doctora Astrid Beatriz Teixeira, especialista en medicina rehabilitadora y miembro de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).
Pero, ¿por qué se nos duermen las extremidades? «Lo que suele ocurrir en estos casos es que la presión que se ejerce puntualmente sobre uno de los nervios del brazo o de la pierna lo comprime de tal manera que se queda como adormecido. De ahí, la sensación de hormigueo o entumecimiento. Científicamente se denomina parestesia temporal o transitoria y se refiere a una compresión momentánea del nervio, que desaparece en cuanto se deja de ejercer presión en la zona afectada. Esto ocurre, por ejemplo, cuando te quedas dormido con el codo en flexión o cuando te sientas mucho rato sobre una pierna», aclara la doctora Teixeira.
Ahora bien, esta sensación de hormigueo o adormecimiento de las manos y los pies no siempre se debe a una parestesia temporal. También puede ser el síntoma de otras muchas patologías como «migrañas, síndrome del túnel carpiano, ictus...», enumera la médico rehabilitadora. «Que en algunos casos la sensación de adormecimiento dure una semana puede entrar dentro de lo normal, porque cuando se produce una compresión es como si ese nervio recibiese un golpe y puede quedarse 'atontado' durante un tiempo. Pero si ese entumecimiento se prolonga en el tiempo o notamos falta de sensibilidad entonces ya es necesario pedir una valoración médica», aconseja la doctora Teixeira, entre otras cosas porque «la mayoría de las veces tiene solución, ya sea conservadora (medicación, fisioterapia...) o quirúrgica». En cualquier caso, estas son algunas de las causas que hacen que se nos duerman las manos y los pies.
Explica la doctora Teixeira que esta patología es la principal causa de hormigueo en las manos, sobre todo en personas con trabajos en los que se hacen movimientos repetitivos con esta parte del cuerpo, como es el caso de los empleos en los que se usa mucho el ratón del ordenador (oficinistas, escritores, comerciantes, etc), en cadenas de montaje, limpiadoras, industria textil, cocineros... En algunas de estas profesiones está considerado incluso una enfermedad laboral.
Este síndrome afecta al nervio mediano, que es el encargado de dar sensibilidad y movimiento a gran parte de la mano, y entra en ella a través del túnel carpiano, un conducto muy estrecho ubicado a la altura de la muñeca. ¿Qué ocurre? «Que cuando hacemos movimientos repetitivos con los dedos o con la mano, este canal de paso se inflama y se produce un atrapamiento del nervio mediano. Esta compresión es la responsable del hormigueo, los calambres y la debilidad de la mano tan característica de esta enfermedad», aclara la médico rehabilitadora.
«Las hernias discales (tanto cervicales como lumbares) o los aplastamientos vertebrales también pueden comprimir alguno de los nervios que salen de la columna vertebral en algún punto de su recorrido, causando un entumecimiento de las extremidades», añaden en Mapfre Salud. En estos casos, habría que localizar el punto gatillo que desencadena el hormigueo para poder solucionar el malestar.
«En algunas personas, las migrañas vienen precedidas por síntomas sensitivos que se denominan aura y que pueden conllevar alteraciones visuales, olfativas o del habla y, en ocasiones, también afectan a la sensibilidad de manos y pies», recuerdan los expertos. De hecho, los últimos estudios señalan que aproximadamente un 15% de las personas con este tipo de cefaleas sufren un cosquilleo en la cara y un 13% lo padece en manos y pies.
Otra de las causas frecuentes por las que se nos duerme alguna parte de nuestro cuerpo es por problemas de circulación. «Las alteraciones del riego sanguíneo de las arterias y las venas por compresiones externas (acumulación de colesterol, varices...) puede dificultar la llegada de sangre y oxígeno a las manos y los pies y causar no solo sensación de hormigueo, sino también dolor», explican en Mapfre Salud.
La manifestación de episodios de parestesia en diferentes partes del cuerpo es uno de los síntomas habituales de esta enfermedad autoinmune, que causa una «degeneración progresiva de la mielina de las fibras nerviosas cerebrales y medulares, de manera que, al interrumpirse el paso de los impulsos nerviosos, se reduce la sensibilidad y aparece la sensación de adormecimiento en manos y piernas».
Los accidentes cerebrovasculares son la causa más peligrosa de entumecimiento de las extremidades. «También es muy frecuente tener la sensación de hormigueo en la cara», advierten los expertos.
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