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Hora de irse a dormir. Pijama, luces apagadas y edredón. Oh, espere, porque a su cerebro quizás todavía le quedan muchas ideas y preocupaciones a las que darle vueltas, y por más ovejitas que cuente no hay manera de conciliar el sueño. ¿Qué puede hacer?
«Para aquellas personas que están cambiando sus hábitos de sueño, controlando el estrés que les generan situaciones familiares o laborales, y que no tienen indicación para tomar medicación destinada a tratar los trastornos del sueño, existe la posibilidad de recurrir a las plantas con propiedades relajantes», sugiere Jorge Ángel, especialista en medicina integrativa y salud natural y director médico del laboratorio Equisalud.
No es un recurso milagroso y tampoco le funciona a todo el mundo, pero en algunos casos pueden servir para calmar la ansiedad de cara al descanso nocturno y conciliar mejor el sueño. «Se pueden tomar en infusión, que al tener concentraciones bajas de principios activos no tienen interacciones importantes con fármacos y son seguras, especialmente si su origen es ecológico. También se venden en formato de extractos secos y líquidos, cuya concentración de principios activos es mucho mayor y, además, hay polvos, que son algo menos potentes que los extractos», explica el especialista. Destaca algunas y recuerda que, si a pesar de recurrir a estas plantas persiste el problema, se debe consultar con un profesional sanitario para que estudie nuestro caso de manera individualizada.
Sus semillas y hojas se utilizan como condimento para dar sabor y aroma a los alimentos pero también con fines medicinales, como para tratar el insomnio y otros trastornos del sueño.
En la semilla del eneldo se encuentran principios activos sedantes, como el carvona, que podría desempeñar un papel clave. Algunas investigaciones en animales han evidenciado que el eneldo puede reducir la presión arterial, dilatar los vasos sanguíneos, estimular la respiración y reducir la frecuencia cardiaca.
Por vía oral, la manzanilla tiene múltiples usos terapéuticos. Por ejemplo, por su efecto antiinflamatorio, puede aliviar los síntomas digestivos, como la dispepsia o la enfermedad inflamatoria intestinal. También se usa como apoyo para el déficit de atención e hiperactividad, el trastorno de ansiedad generalizada y el insomnio.
Los componentes responsables de la actividad sedante de la manzanilla no están claros. Algunas investigaciones sugieren que la apigenina que contiene podría unirse a los receptores del ácido gamma-aminobutírico (GABA) de nuestro cuerpo, un neurotransmisor ansiolítico natural y producir ese efecto relajante.
Se ha utilizado tradicionalmente como sedante, antiespasmódico y para facilitar el sueño. La Agencia Europea del Medicamento recomienda su uso tradicional como infusión para aliviar los síntomas producidos por el estrés mental y para facilitar el sueño, así como para los trastornos digestivos de carácter leves.
Existen registros de civilizaciones antiguas en Egipto, Grecia y Roma que indican que se utilizó para trastornos gastrointestinales y otras dolencias. La menta tiene propiedades sedantes que pueden ayudar a disminuir el insomnio. En aromaterapia, se usa para aliviar el dolor crónico, al mejorar la respuesta parasimpática a través del olfato, afectando positivamente a la relajación. Y tiene un efecto de apoyo para la ansiedad, especialmente para la ansiedad de tipo somático, constituida fundamentalmente por síntomas gastrointestinales.
La tila tiene un efecto sedante, por lo que está indicada para paliar estados de estrés y ansiedad acompañados de insomnio. La actividad antiespasmódica de la tila puede atribuirse a los flavonoides (compuestos químicos vegetales); pero también a los aceites volátiles que contiene, como el citral, el eugenol y el limoneno.
La actividad sedante del lúpulo se debe, aparentemente, a los productos resultantes de la degradación oxidativa de una resina amarga que aumenta la actividad del GABA. Una publicación científica mostró que, en adultos jóvenes, en buen estado de salud y que manifestaban síntomas leves de ansiedad y estrés, la suplementación diaria con un extracto seco de lúpulo mejoraba estos síntomas. Dichos efectos concuerdan con la indicación del lúpulo para la ansiedad, los trastornos del estado de ánimo y la inquietud, según lo aprobado por la Comisión Europea del Medicamento.
Por su parte, los aceites esenciales del lúpulo se han investigado por sus efectos sedantes y por su potencial para mejorar los trastornos del sueño. También hay estudios que sugieren que combinar el lúpulo con la valeriana aumenta su efectividad, por la sinergia que poseen.
Los griegos y los romanos usaban la valeriana como sedante. Desde el siglo XVIII, los europeos la utilizaron para tratar el insomnio y las afecciones nerviosas, pues sus componentes pueden disminuir la actividad del sistema nervioso central. Varias investigaciones muestran, además, que la ingesta oral de valeriana reduce el tiempo de inicio del sueño y mejora su calidad subjetiva.
Es una planta medicinal muy utilizada para combatir síntomas digestivos, como la dispepsia y los gases, debido a sus propiedades carminativas y antiespasmódicas. Asimismo, también posee una acción sedante leve.
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