Patinar, una buena alternativa al gimnasio

Aunque la mayoría de patinadores aficionados tiene entre 20 y 50 años, es posible iniciarse desde los 3 años y no hay límite de edad. «Sirve para todo el mundo, estés o no en forma», explica el profesor de patinaje Josu Olabarria, director de la escuela de patinaje Zona Verde de Bilbao. Eso se debe a que no requiere de una capacidad inicial concreta, sino que se adapta a la condición física de cada persona y, a medida que se avanza, se puede ir aumentando la complejidad. Con este deporte se trabaja «equilibrio, fondo, coordinación, elasticidad...», resume. Lo compara con la natación por el gran número de músculos que se activan y la coordinación que exige. Patinar ofrece una gran ventaja en comparación con otras actividades aeróbicas –correr, por ejemplo– ya que tiene un impacto muy bajo en las articulaciones, lo que reduce las lesiones, apunta David Barranco, doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Por ello, se puede practicar de forma habitual.

A pesar de que pueda parecer un deporte sencillo y que no requiere de fuerza, no es así. «Es un ejercicio muy completo», destaca Barranco, investigador de la Universidad Europea, ya que «implica a muchos grupos musculares». Mejora el tono muscular del tren inferior en su conjunto y de las piernas en concreto. Los glúteos son otra zona del cuerpo a la que más le beneficia el patinaje. «Solo hay que fijarse en los glúteos de los patinadores profesionales para comprobar los resultados de este ejercicio». Cuando patinamos, los flexores de nuestra cadera realizan movimientos de pierna hacia delante y hacia detrás. Los flexores comienzan en el abdomen, en la base del estómago, por lo que, por transferencia, ejercitamos también nuestro 'core'.

El preparador físico coincide en que el patinaje mejora «el equilibrio y la coordinación», ya que exige el movimiento conjunto de brazos y piernas. El patinador mantiene en tensión el cuerpo en su conjunto y desarrolla la coordinación motriz. Además, es un buen ejercicio para el corazón y los pulmones: la demanda constante de oxígeno activa nuestro sistema cardiovascular y respiratorio. Con una sesión de una hora de este ejercicio aeróbico, podemos quemar de 400 a 700 calorías.

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En el patinaje aprender la técnica es mucho más importante que en cualquier otra modalidad, advierten los expertos. Ya que iniciarnos en este deporte sobre ruedas sin unos conocimientos básicos dispara el riesgo de caídas. «De hecho, el aprendizaje de iniciación va dirigido, como principal objetivo, a la seguridad: desde la forma de ponerse los patines a la postura correcta o el ángulo de las piernas al avanzar», precisa el responsable de Zona Verde.

Conocer la técnica evita caídas y también «enseña a caer con menor riesgo de lesiones», añade. Este profesor explica que los alumnos deben 'comprender' la técnica, «entender por qué se hace cada movimiento, no se trata de que te digan 'haz este movimiento'». El patinaje tiene ese hándicap, requiere un componente técnico imprescindible», ahonda Barranco. Esos conocimientos técnicos básicos se adquieren con unas quince o veinte horas de clases, mejor continuadas a lo largo de un mes, dicen en Zona Verde.

Primera norma:utilizar patines en línea, ya que los tradicionales de cuatro ruedas son mucho más difíciles de manejar y hay que reservarlos para los patinadores muy experimentados. Los de línea se adaptan a muchas superficies, son más fáciles de dirigir y no se quedan clavados, como puede ocurrir con los otros.

Pero no nos apresuremos al comprar los patines y los protectores porque está en riesgo nuestra seguridad. «El mejor consejo que podemos dar es que antes de comprar consulten con un patinador experimentado e, incluso, muestren el modelo al profesor que nos da clase».

Por lo general tanto patines como protectores, «si son bonitos y priorizan la estética suelen ser peores», advierte Olabarria. Y da un consejo: es mejor elegir marcas que se dedican de forma exclusiva a deportes de ruedas, aunque sean algo más caros, ya que los materiales empleados son mejores y se rompen menos.

Otro paso fundamental antes de lanzarnos a rodar por las calles es colocarnos protectores para muñecas, codos y rodillas, y casco. Los de las muñecas deben llevar una doble banda por encima y por debajo de la muñeca, además de una pieza dura en la palma de la mano. De esa forma se evitan muchas fracturas cuando nos caemos al suelo y apoyamos las manos. Mientras que los protectores que se colocan en codos y rodillas tienen que ser «lo más acolchados posible».