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Parabenos, sulfatos, siliconas, alcohol, retinoides, ácidos... Leídos así, de carrerilla, los ingredientes de algunas de las cremas que usamos a diario pueden hasta asustar. Sin embargo, los expertos en la materia son tajantes al respecto: «No existe la cosmética tóxica. Si un producto no fuese ... seguro, directamente no saldría al mercado. Además, la legislación europea es una de las más exigentes a la hora de limitar sustancias y concentraciones en materia de cosmética», explican las farmacéuticas Gema Herrerías y Marián García, conocida en redes sociales como Boticaria García.
Este es solo uno de los muchos mitos que rodean el mundo de la cosmética, un sector que solo en España factura más de 8.000 millones de euros al año, según los datos del último informe realizado por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (STANPA). Aclaramos algunos de ellos.
«Los parabenos son tóxicos»
Esta afirmación la hemos oído muchas veces. Sin embargo, «el miedo a los ingredientes cosméticos tóxicos es totalmente infundado», insisten las expertas en dermofarmacia y autoras del libro 'Radiografía de un cosmético'. Y van más allá. «Desde el punto de vista científico, no hay ninguna justificación para que las marcas reivindiquen que sus productos no son tóxicos, otra cosa es que usen el 'marketing del miedo' para vender más, pero eso ya es otro cantar», lamenta Boticaría García.
La dermatóloga Ana Molina coincide con la farmacéutica en que ahora existe una especie de 'quimiofobia' «que no tiene justificación. Pensar en artificial igual a malo y natural igual a bueno es un error garrafal. La cosmética 'natural' también usa ingredientes sintetizados en laboratorio. Y menos mal que lo hace porque, si no, sería una fiesta para las bacterias», aclara la autora del libro 'Piel sana, piel bonita' (Ed. Paidós).
Entonces ¿qué dice la ciencia sobre los parabenos? Gema Herrerías lo explica: «Existen varios tipos dentro de esta familia de conservantes. Los hay cuyo uso está autorizado en productos cosméticos porque se ha demostrado que son seguros (potassium paraben, butylparaben, 4 hydroxybenzoic acid...) y otros que directamente están prohibidos porque pueden alterar la función endocrina. Teniendo en cuenta que estos últimos no se pueden usar, la reivindicación 'sin parabenos' que vemos en algunos productos es tendenciosa e induce al error, puesto que pone en duda la seguridad de los productos que llevan parabenos autorizados».
«Los sulfatos son irritantes»
Explican las farmacéuticas que el 'boom' de la cosmética natural también ha conseguido poner en el punto de mira a los sulfatos, otro ingrediente que se emplea en una gran variedad de cosméticos destinados al cuidado personal como geles de baño, limpiadores faciales, champús... «Son eficaces para dejar la piel de cara, cabello y cuerpo como los chorros del oro, pero les precede su fama de ser agresivos e irritantes con las pieles sensibles. Y en algunos casos es así, sobre todo cuando no van compensados en la fórmula con otros ingredientes que contrarresten ese efecto irritante. Por eso, es fundamental valorar el producto terminado en su conjunto y no solo los ingredientes aislados», señala Gema Herrerías. Consejo de expertas: si tienes la piel muy sensible, opta directamente por cosméticos indicados para piel atópica.
«Las siliconas son perjudiciales para el pelo y la piel»
En realidad, «no son ni buenas ni malas. Depende del tipo de cabello para el que esté indicado el cosmético que las contenga», resumen las expertas en dermofarmacia. Las siliconas, otro de los ingredientes 'demonizados', están autorizadas con distintas funciones, que no solo son útiles para el consumidor, sino también para la propia fórmula del producto. «Las hay volátiles y no volátiles en función de si son o no solubles al agua. Es cierto que las insolubles, como por ejemplo la dimeticona, crean una película protectora que en productos cosméticos sin aclarado pueden apelmazar el cabello fino y graso. Sin embargo, son una excelente elección para usar en cabellos muy gruesos y secos». Más que con su potencial daño para el pelo y la piel, su mala fama podría estar relacionada con que no son biodegradables. De hecho, las expertas están convencidas de que la nueva legislación ambiental restringirá el uso de alguna de ellas.
«El ácido hialurónico seca la piel»
Este ingrediente tiene una gran capacidad para retener el agua de nuestra piel y absorber la humedad como una esponja. ¿Cuál es el problema? «Si lo aplicamos como único ingrediente, en una piel deshidratada y en un ambiente muy seco se puede 'beber' el agua de la piel y conseguir el efecto contrario. La solución pasa por combinar el ácido hialurónico con lípidos como las ceramidas, los ácidos grasos o con sales minerales que ayuden a retener el agua», coinciden las expertas.
«Para limpiar la piel, es suficiente con agua»
Pues, no. «¡Es una cuestión de química!»,argumentan Boticaria García y Gema Herrerías. «La suciedad tiene carga eléctrica positiva y se une en la superficie de la piel a la queratina, que tiene carga negativa. Esta unión química de la 'basurilla' con nuestra piel es lo que hace difícil eliminar toda la suciedad por simple arrastre con agua. Necesitas aliados como los productos limpiadores».
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