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Si tiene dolor en el ojo, hinchazón, lagrimeo, sensación de arena, sensibilidad a la luz, legañas y un bulto rojo en el párpado similar a un grano, lo más probable es que tenga un orzuelo», describen en el Instituto de Oftalmología Médica y Quirúrgica (OMIQ) ... para explicar una de las dolencias más frecuentes y latosas de los ojos. Esta inflamación de las glándulas sebáceas que tenemos en el borde del párpado –tanto superior como inferior– o en la base de las pestañas puede aparecer a cualquier edad y «se suele resolver en diez días como mucho, aunque en algunas ocasiones se enquistan y pueden durar varias semanas o incluso meses», precisa el doctor Sergio Eguiza, oftalmólogo del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO). Estas son algunas de sus características y tratamientos.
Las causas
La mayoría de los orzuelos son inofensivos para el ojo y no suelen afectar a la visión más allá de la molestia que supone tener un grano en el interior o exterior del párpado. Estos pequeños bultos, que en ocasiones pueden contener pus, «se producen por una infección de las glándulas sebáceas del ojo causada generalmente por una bacteria (staphylococcus aureus) que todos tenemos en la piel. Lo que ocurre es que esas glándulas encargadas de producir los lípidos y las proteínas que protegen la córnea y que forman parte de la lágrima se obstruyen por la infección y comienzan los problemas. El líquido se acumula porque no puede salir, se solidifica y aparece el grano acompañado casi siempre de una pequeña inflamación y enrojecimiento de la zona», coinciden los especialistas consultados.
Otra de las causas que pueden estar detrás de la aparición de un orzuelo es la blefaritis, «una inflamación crónica del borde del párpado, justo en la zona donde nacen las pestañas debido a un crecimiento de bacterias muy superior a lo normal y que es habitual que se reproduzca con el tiempo», explican en la clínica oftalmológica Baviera.
Los orzuelos no distinguen edad ni sexo, «pero es cierto que hay personas con una mayor predisposición a padecer enfermedades inflamatorias de los ojos como, por ejemplo, las que tienen piel rosácea, dermatitis seborreica, acné..., además de las que padecen patologías como la diabetes o tienen un sistema inmunitario más debilitado», añade el doctor Sergio Eguiza. En cualquier caso, «nunca intente apretar o reventar un orzuelo, porque se puede expandir la infección por todo el ojo», advierten los oftalmólogos.
¿Cuándo se debe consultar con un especialista? «Si el orzuelo no empieza a mejorar en un par de días, cuando el paciente presenta problemas de visión, si la inflamación afecta a todo el párpado o a otras partes de la cara, si el bulto sangra o cuando reaparece al cabo de un tiempo».
¿Cómo se pueden prevenir?
Insisten los oftalmólogos en que existen una serie de medidas higiénicas que reducen «en parte» las posibilidades de que aparezca un orzuelo. Por ejemplo, no tocarse los ojos con las manos sucias para evitar que el estafilococo que causa la infección contamine los párpados y desmaquillarse muy bien los ojos antes de acostarse. «Ni las lentillas ni los productos cosméticos son los causantes de un orzuelo, pero es verdad que indirectamente pueden contribuir a su aparición porque favorecen la acumulación de gérmenes en los ojos si no se manipulan de la forma adecuada», precisa el especialista del ICQO.
Las personas con blefaritis o tendencia a padecer orzuelos deben «limpiarse con mucho cuidado el exceso de grasa de los bordes de los párpados todos los días antes de acostarse», aclaran en Baviera.
Tratamientos
Cuando el bulto ya ha salido se deben extremar todavía más las medidas higiénicas de los párpados y eso incluye desterrar remedios caseros como limpiar los ojos con agua de manzanilla, «porque puede empeorar todavía más la infección ocular». Los oftalmólogos recomiendan lavar los ojos con jabón suave y agua tibia o toallitas húmedas, además de evitar el uso de lentillas y maquillaje mientras persista la infección porque «puede retrasar e incluso empeorar el proceso de curación, que no debería prolongarse más allá de diez días».
Para aliviar el dolor y las molestias que causan los orzuelos se pueden llevar a cabo una serie de medidas muy sencillas como «la aplicación de calor seco sobre el párpado cerrado y después masajear la zona suavemente durante unos minutos para drenar el bulto». Otra opción es «aplicar compresas de agua templada tres o cuatro veces al día con la idea de aumentar la circulación de la sangre y así calentar los fluidos atrapados en el orzuelo para que se abra y se cure por sí mismo». Otras veces se necesita recurrir a cremas antibióticas o antiinflamatorias, recetadas siempre por un oftalmólogo.
Cuando todas estas medidas no funcionan y el orzuelo tarda meses en desaparecer o se enquista, la solución es quirúrgica. La intervención apenas dura unos minutos (anestesia local) y el paciente se va a casa el mismo día. «Se hace una pequeña incisión en la zona afectada, se drena y listo. El postoperatorio también es muy sencillo y se trata con pomadas», explica el doctor Eguiza.
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