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Evan O'Neill Kane, en su operación de hernia inguinal.
Operarse a uno mismo: una pésima idea... casi siempre
¿Sabías que...?

Operarse a uno mismo: una pésima idea... casi siempre

La autocirugía suele acabar en desastre, pero hay ocasiones en las que no queda otra salida

Domingo, 13 de septiembre 2020, 00:57

Una demostración muy convincente

Operarse a uno mismo rara vez es una buena idea. Los anales de la autocirugía están repletos de iluminados y de ignorantes. Y, en fin, también de personas que no sobrevivieron al intento. Pero hay casos de médicos que, por alguna razón, se han operado ... a sí mismos con éxito. La referencia ineludible es el cirujano estadounidense Evan O'Neill Kane, que en 1921 se extirpó su propio apéndice, con la intención de demostrar a sus colegas que la intervención se podía abordar con anestesia local. Kane era uno de esos personajes impagables que abundaban a principios del siglo XX, un innovador que instaló un gramófono en el quirófano para entretener con música a los enfermos y que, al final de su carrera, firmaba sus operaciones tatuando en la piel del paciente una K en código morse. En realidad, su apendicectomía la remataron sus asistentes, que se encargaron de coserle, pero Kane reincidió once años después con un empeño todavía más ambicioso: se operó a sí mismo de una hernia inguinal.

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