Ni te nace más pelo si lo cortas ni te cae más si lo lavas a diario

Si eres de los que piensa que si te cortas el pelo te va a crecer más rápido estás equivocado. «Es uno de tantos falsos mitos que existen en torno al cabello. Como que si te lo lavas todos los días se cae más o que si te lo rapas nace más fuerte», repasa la dermatóloga Ángela Hermosa, miembro del Grupo de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Rubio, moreno, liso, ondulado, largo, corto, lacio, rizado, seco, graso, quebradizo, abundante, escaso y a veces inexistente... No cabe duda de que el pelo es una de nuestras señas de identidad, pero en realidad es un gran desconocido.

El crecimiento del cabello no se produce en la punta sino en la raíz, que es la que determina lo que crece el pelo al multiplicarse sus células. «Es decir, nos va a crecer igual de rápido si nos lo acabamos de cortar que si no nos lo cortamos nunca. Lo que pasa es que el cabello se afina en la punta y si la cortamos nos da la falsa sensación de tenerlo más grueso, pero nada más. Al crecer vuelve a estrecharse», añade el dermatólogo David Saceda. De hecho, hay muchas personas que se rapan porque creen que así el cabello les nace más fuerte. «Lo que ocurre es que les nace en punta y parece más fuerte. Pasa lo mismo que con la barba», precisa la doctora Hermosa.

Que nos cortemos el cabello obedece a «una cuestión meramente cosmética». Ni nos va a crecer más rápido ni más grueso. «Ahora bien, es verdad que si nunca metemos la tijera y encima lo agredimos con secadores, planchas y productos muy fuertes, la cutícula del pelo –la capa exterior– va a perder brillo y se puede fracturar con mayor facilidad. Si por raparlo creciese más rápido y fuerte ya tendríamos la solución para la alopecia», bromean los dermatólogos.

Desde el punto de vista de la velocidad de crecimiento, tampoco importa demasiado la época del año en la que vayas a la peluquería, porque el pelo siempre crece a una longitud constante de aproximadamente un centímetro al mes ya sea marzo, junio o diciembre. El color o el tipo de cabello tampoco afecta. «Todos se desarrollan a la misma velocidad, lo que ocurre es que el rizado siempre parece que va más lento porque se ensortija», explican los expertos. El único factor que de verdad puede ralentizar su crecimiento es la edad. «A medida que nos hacemos mayores el metabolismo de las células de la raíz del pelo se enlentece, por eso es habitual que las personas de más edad puedan teñirse cada dos o incluso cada tres meses», precisa la doctora Hermosa, miembro de la Fundación Piel Sana de la AEDV.

Hay variables como la genética o nuestro estado de salud general que evidentemente influyen en el crecimiento del cabello, pero por lo general su velocidad de desarrollo siempre es la misma, entre 12 y 15 centímetros al año. Lo que sí ocurre es que crece a diferentes ritmos en función de las zonas del cuero cabelludo. Por ejemplo, en los laterales de la cabeza va un poquito más despacio que en la coronilla.

Otra de las falsas creencias relacionada con el cabello dice que si le rapas el pelo a un recién nacido después le sale más abundante y fuerte. Pues no. Ocurre lo mismo que con los adultos. Parece más fuerte porque se corta de raíz y el tallo es más ancho que la punta.

«El pelo hay que lavarlo cuando está sucio. Punto. Si practicas deporte a diario y te suda la cabeza tendrás que lavarlo todos los días y no pasa nada. No se va a caer más por eso», aclara la dermatóloga Ángela Hermosa. Cada día perdemos entre 50 y 100 cabellos al margen de que pasemos por la ducha o no. ¿Qué ocurre, entonces ? Que si nos lavamos el pelo una vez a la semana la cantidad de cabello que vamos a encontrar en el cepillo y en el sumidero es mucho más abundante que si lo hacemos a diario, pero no porque se caiga más al lavarlo sino porque arrastramos el que ya se ha ido desprendiendo en los días anteriores. Todos los pelos de nuestra cabeza tienen su propio ciclo vital. Pasan por una fase de crecimiento que viene determinada genéticamente –anagen–, después pasa a otra de reposo y, por último, se desprende. «Cada cabello está en un momento de su ciclo vital y por eso aunque todos los días se nos caiga pelo no nos quedamos calvos», señala Hermosa. Es importante, eso sí, usar un champú adecuado para cada tipo de cabello. «El de los hombres, por ejemplo, suele ser más graso porque las hormonas masculinas son las que estimulan las glándulas sebáceas. Sin embargo, las mujeres con pelo rizado lo suelen tener más seco y quebradizo precisamente porque ese sebo que se genera en el cuero cabelludo tiene más dificultad para recorrer toda la longitud del cabello debido a su forma de espiral».

Esto sí es cierto. Hay un tipo de caída que es estacional y suele coincidir con el otoño. Los expertos creen que es porque como en verano nos da mucho más la luz del sol, el pelo detiene su crecimiento. Y como el cabello se empieza a desprender un par de meses después de haber dejado de crecer puede ser que por ese motivo notemos «un poquito más de caída» en los meses de octubre y noviembre. También es habitual que se pierda cabello después de haber presentado una fiebre muy alta. «Estamos viendo a muchos pacientes infectados por coronavirus hace un par de meses a los que ahora se les está cayendo el pelo de manera masiva. Lo mismo ocurre después de un parto», explica la doctora, quien también recomienda no secarse el cabello frotándolo con una toalla porque se parte. «Mucha gente se peina con el pelo mojado porque le resulta más fácil. Sin embargo, es cuando el cabello es más frágil porque está hinchado y se quiebra muy fácilmente. Lo ideal es dejar que se seque al aire o hacerlo con un secador no muy caliente y a cierta distancia. Y si se tiene el cabello largo se debe empezar a peinar por las puntas e ir subiendo», recomienda.